Un mundo por delante


Foto: Dani Martínez

Aún recuerdo mi iniciación en el festival Ebrovisión de Miranda de Ebro. Fue en el 2004, iba un poco a la aventura, había escuchado que era un sitio pequeño, cómodo, barato y con muy buen ambiente. Decían que La Fabrica de Tornillos tenía un sonido perfecto y que un concierto allí contaba con más posibilidades de salir bien. Tengo grabado a fuego esos momentos, mi debut y su debut. Lori Meyers y yo nos estrenamos juntos en aquel festival, por eso seguramente tenga tanto cariño al grupo y aquella primera actuación.

Fue toda una revelación, como un gran soplo de aire fresco, cuatro veinteañeros trajeados de oscuro ejecutando un pop de guitarras y melodías cantado en castellano que me dejó seco, embobado en mi pequeño gran territorio. Al ser los primeros en salir todavía no había mucho público, además los granadinos acababan de empezar su andadura musical, no llevarían más de veinte conciertos y estaban estrenando su grandísimo primer álbum “Viaje de estudios”. Es más, el grupo vino sustituyendo a Delorean que se habían caído del cartel a última hora. A día de hoy sigo recordando ese concierto con la nostalgia que se recuerdan las cosas cuando pasan por primera vez. Después de verlos seis veces sigue siendo mi favorito y agradezco haberlos descubierto así, en aquel sitio y en esas circunstancias.

El pasado viernes 23 de mayo aterrizaban en la sala Heaven de Cacicedo de Camargo. Han pasado cuatro años para todos pero yo me noto mayor y ellos siguen siendo jodidamente jóvenes, como la mayoría del público que se acercó a verlos. Una entrada bastante notable, por cierto.
En este periodo han facturado tres discos, han limpiado su sonido, edulcorado sus melodías y han abierto su campo de influencias. Han pasado de un sello independiente, Houston Party Records, a una multinacional como Universal. Están presentando su recién estrenado Cronolanea y parecen bastante contentos, dicen no querer estancarse y ahora en directo cuentan con dos músicos de apoyo más. Un guitarra y teclista y otro batería o percusionista. Yo, romántico que soy, añoro los tiempos de sus inicios (es curioso, parece que hablo de la prehistoria y hablo del 2004). En mi opinión esos directos tenían menos bulto y más claridad. Nada que despiste, que desvié la atención de esos luminosos coros, de ese pop espontáneo y efectivo. Imagino que soy como el padre que no quiere ver a su hija crecer, que se niega a reconocer la evidencia. El otro día noté más barullo, el sonido no acompañó, no se… hubo algo que lastró de alguna manera la actuación, por los menos en su primera parte. El show tuvo un recorrido ascendente.


Foto: Dani Martínez

Lo que está claro, en contra de la gente que opina que hacen lo de siempre, y a pesar de mi deseo de perpetuar su primigenia frescura, es que ahora absorben muchos más estilos, los devuelven con sonidos variados, hay más riqueza, apoyos técnicos, etc… Del folk más íntimo de Saudade (con Alejandro a la voz), al powerpop de guitarras sucias de Viaje de estudios, pasando por el almibarado pop de Luciérnagas y mariposas o la madurez de Transiberiano. Eso sí, los momentos más intensos coincidieron con los arrebatos más eléctricos y el desmelene generalizado. Tokio ya no nos quiere, La pequeña muerte o Alta fidelidad fueron descargas ante las que es imposible quedarse quieto.
Como dicen ellos, tienen un mundo por delante. A ver si lo aprovechan.

2 comentarios sobre “Un mundo por delante”

  1. «Imagino que soy como el padre que no quiere ver a su hija crecer, que se niega a reconocer la evidencia. » JAJAJAJA….

  2. La verdad es que el nuevo disco, cuanto mas lo escuchas más te gusta, pero es dificil superar su comienzo.

    Viaje de Estudios fue brutal, y con Hostal Pimodan perdieron esa frescura que tu comentas.

    El Ebrovisión siempre sorprende!

    Si se me permite, mi grata sorpresa fue INFADELS, en el Ebrovisión 2005. Un directo abrumador!

Los comentarios están cerrados.