The Unfinished Sympathy: rock para cenar

The Unfinished Sympathy. Foto por Roberto Ortiz

Cuando un grupo tiene una discografía tan potente como la de The Unfinished Sympathy, siempre tiene el listón muy alto a la hora de llevar sus canciones al directo.

Anoche, en la santanderina sala BNS, estos cinco catalanes de mala fama dieron rienda suelta a toda su energía para demostrar que no hay listones que valgan cuando se suben al escenario.

Tras la sesión de Plastic Addict Dj’s que caldeó el ambiente, aparecieron en escena los catalanes. Los primeros sonidos grabados fueron el aperitivo para el primer guitarrazo. Y ahí nos dimos cuenta de dónde nos habíamos metido.

El sonido de la banda fue tenso, sucio, sudoroso. ¿Deberían haber tenido una mezcla más limpia y cristalina? Lo dudo: sus canciones, violentas pastillas de corta duración, se asimilan mejor con un directo salvaje como el que disfrutamos ayer.

La voz de Eric y su guitarra ya llenaban ellas solas el recinto. Rock en estado puro. Sumemos otra guitarra, y ya hemos aumentado la potencia un orden de magnitud. Añadamos unas líneas de bajo absolutamente demoledoras, y una batería que no le va a la zaga, y el resultado es el equivalente sonoro a una apisonadora.

¿Eso fue todo? No, para rematarlo, unos poderosos teclados y toques de ordenador ponían el toque bailable a las nuevas composiciones de su último trabajo (We push, you pull, Subterfuge 2006) o rellenaban de Hammond sus antiguos temas.

Sin bajar en ningún momento la intensidad del concierto, los únicos momentos más relajados (sólo es una forma de hablar) los protagonizaron Little scratches, de su último disco, y la versión que realizaron del Teenage Kicks de Undertones. El resto del repertorio fue incendario. Spin in the Rye o Gratitude funcionaron y consiguieron hacer bailar incluso al remolón público de nuestra ciudad. El amago de final con Rock for food no dejó a nadie indiferente. Y tras un breve descanso, volvieron al escenario para quemar la última traca en forma de bises.

Comenzaron con lo más experimental de la noche: First girl I kissed is dead se llenó de sonidos sampleados y baterías programadas, retorciendo la versión original de la canción. Después de eso, vuelta a la conocido, con otro de sus himnos: An investment in logistics. ¿Fin de fiesta? No, el final llegó con Hotel España… con la sorpresa añadida del guiño final, 100% Beatles.

Tras eso, y un sonido de «Apagar Windows» que nos sobresaltó a la mayoría, dieron por finalizada su fantástica actuación. Y nos quedamos con la sensación de haber asistido a un concierto como deberían ser todos. Bravo.

Eso sí, vista la calidad de lo que disfrutamos allí, y el medio aforo de la sala, queda demostrado una vez más que tenemos una programación musical por encima de nuestros propios méritos. Aun así, que dure.

Fotografía por Roberto Ortiz (RTZ!)

5 comentarios sobre “The Unfinished Sympathy: rock para cenar”

  1. Pingback: Nordstrom Coupons
  2. Pingback: generic ventolin

Los comentarios están cerrados.