Muestra de Arte Sonoro de Santander

Lugar: Teatro Casyc (Santander)
Fecha: 5 y 6 de abril 2008
Aforo: unas 50 personas

Buenos tiempos (es un decir) para los seguidores de las vanguardias sonoras en Santander. En una ciudad gris, con una vida cultural anodina, en las que el gusto de las mayorías se inclina por lo retro y lo vulgar, se sale de la norma que en apenas una semana se vayan a concentrar esta Muestra de Arte Sonoro y el concierto de Diamanda Galás en el Palacio de Festivales. Y ambos, gratis.
Pero no nos engañemos. Pensar que esto nace de la demanda de un gran público hambriento de vanguardia, sería pecar de un optimismo que pasa de la candidez a la bobería. La forma en la que están organizados estos eventos (anunciándolo con 3 días de antelación como en el caso de esta muestra, o reservándose la organización el 80% de las invitaciones en el de Diamanda Galás) evidencian que las grandes instituciones dedicadas al patrocinio cultural en nuestra región andan más pendientes del autobomobo que de la difusión real de la cultura y el respeto por su público. Pienso que con esta forma de montar las cosas lo que se consigue es dificultar el acceso al público potencial de este tipo de sonidos. Un público que, de cualquier forma, tampoco iba a ser muy numeroso, dada la tradicional impermeabilidad de la audiencia cántabra hacia un tipo de propuestas que nacen con una vocación de marginalidad.
Con todo, me siento afortunado por haber podido disfrutar tan cerca de casa de un evento de estas características con figuras internacionales. Y es que, como alguien decía por ahí, si CUVA viene de Cultura y Vanguardia, visto el riesgo de los que han desfilado por aquí, este sería el verdadero CUVA. Experimentos sonoros radicales, creados con ordenadores y todo tipo de cachivaches electrónicos, más cercanos al mundo del arte que al de la industria del entretenimiento o de la hostelería (no en vano la galería de arte Del Sol st., vecina del ANDN Club, colaboraba activamente en la organizacón). Obras de vocación minoritaria, exclusivista, salidas de conservatorios de múisca contemporánea, laboratorios de física o aulas de bellas artes. Artistas que persiguen nuevos niveles de abstracción: el desprecio por los conceptos clásicos de ritmo, melodía o armonía hacen que la textura, el volumen o el ruido pasen a ser los protagonistas de su lenguaje sonoro. Composiciones fruto del desafío a los papeles simbólicos que tradicionalmente se atribuían al autor, al intérprete, la audiencia o el auditorio, moviéndose en todo momento en las fronteras que separan lo sublime de de la memez. Todo ello como forma de alcanzar sesaciones límites que pongan a prueba nuestros sentidos y nuestra paciencia.

El sábado pasé de bajar cámara de fotos, así que no tengo documentación gráfica de la primera jornada. Tampoco pude ver a Francisco López, el madrileño encargado de abrir la muestra. La estadounidense Olivia Block, semioculta tras un piano y con el escenario práctiamente a oscuras, buscó la sutileza en infinitos desiertos de crepitación eléctrica, ecos y drones. A continuación, la actuación más esperada de la primera noche –y que a la postre fue la que más me gustó de toda la muestra-, la del japonés Tetsuo Furudate, acompañado del polaco Zbigniew Karkowski. Presentaron su obra “World as Will”, un muro subyugante de violencia sónica ruidista, inspirada en la obra del filósofo Arthur Schopenhauer.

Las actuaciones del domingo se apartaron de lo estrictamente, digamos, “musical”; las proyecciones visulaes pesaron tanto como los sonidos, así que el formato se acercó al de la performance o a la instalación de videoarte.
Los suecos Carl Michael von Hausswolff y Leil Elggren, ya habían presentado por la mañana en la galería Del Sol St. una embajada del reino virtual de Elgaland-Vargaland, que ellos mismos presiden. Por la tarde, el primero ofreció una agobiante reflexión sobre el tedio, por medio de infinitos sonidos neutros emitidos con la sala a oscuras y con proyecciones en negro sobre la pantalla. El segundo nos presentó sus experimentos al recorrer con la aguja del tocadiscos los surcos de un grabado con la cara de Jesucristo del siglo XVII.
Cerró el griego Ilios, con una desasosegante combinación de ruidismo a partir de la amplificación de los sonidos producidos por el cambio de presión del aire en la sala con la proyección de «Telos», otro trabajo suyo.

Bueno, muchos se preguntarán ahora que qué leches tiene esto que ver con lo que solemos contar por este weblog… Pues bueno, las cosas que hemos visto en este ciclo, ¿no estarían guiadas por las mismas premisas conceptuales que han inspirado, por ejemplo, a los Mogwai más opacos, a Lisabö, a los franceses Programme, al último LP de Panda Bear o al EP “Los Planetas se disuelven”?

5 comentarios sobre “Muestra de Arte Sonoro de Santander”

  1. Efectivamente, lo de von Hausswolff fue una agobiante reflexión sobre el tedio, tan agobiante que no aguanté todo el rato dentro y tuve que salir. Hasta ahora he estado pensando que había sido ruido horrible durante demasiado tiempo, pero digo yo… si consiguió agobiarme hasta el punto de hacerme levantarme de mi sitio igual debería sacar otro tipo de conclusiones más positivas hacia su obra. También hay que decir que tengo cultura cero en este tipo de vanguardias y que se me hace difícil comprender su significado completo.

    Y desde luego que (hablo más bien de Panda Bear y Los Planetas, que lo tengo más escuchado) tienen algo de todo esto.

  2. Mira de lo de ciudad anodina sin expos.ni esto ni aquello,ya toca los cojones aqui ha habido un Espacio C .Que hemos dejado que muera,aqui habido unos artistas que han emigrado,aqui ha habido…mira porque serà que cuando nos quieren vender una burra coja,estos que van de adelantados siempre recurren a los mismos postulados,anda guapo lo que tu vas es a pillar,y tu vanguardia sonora ya no es vanguardia es un ruido màs uno màs que no va a quedar en la historia de la musica,caca de la vaca patuboca.

  3. Bienvenido, pedroaguirre!
    La primera parte de tu mensaje la verdad es que no la entiendo.
    En la segunda has acertado. Efectivamente, voy a pillar; en concreto, esta semana, si mi proveedor no me falla, pillaré 20 euritos de chocolate.
    Y en lo último, por lo general me cuesta creerme a la gente que hace cosas con la intención de pasar a la historia de nada. Trato de valorar las cosas por cómo son en su lugar y en su momento, y así he tratado este evento… Bueno, en realidad casi ni he vertido ningún juicio de valor…

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