Los Posies hacen los deberes

Fotos: Yarmen Luna

“We Used To Party” es una iniciativa de Houston Party y de Delfuego Booking que lleva al directo el sueño de muchos músicos y melómanos: que un grupo con prestigio y calidad contrastada toque entero el álbum ajeno que más le haya marcado, gustado, el que más respeta… En enero de 2010 tuvimos la primera tanda de este proyecto. Giant Sand hacían “At San Quentin” de Johnny Cash. El pasado 7 de mayo en la filmoteca Bonifaz llegó la segunda de la mano de los Posies. En esta ocasión, el LP elegido fue “A Catholic Education” de Teenage Fanclub. A diferencia de los primeros que venían con el repertorio cogido con alfileres, y las canciones a medio aprender, la banda de Jon Auer y Ken Stringfellow se ha machacado la lección, ha hecho los deberes y el examen lo han pasado sobrados y con nota.

Los Posies tocan a Teenage Fanclub mejor que los propios Teenage Fanclub. Está claro que tienen un cariño especial a este disco. Tanto, que apenas se nota que sea un disco ajeno, de fuera de la banda. Lo tienen tan interiorizado y disfrutan tanto interpretándolo en directo, que parece que sea un disco suyo que acaben de estrenar. Todo lo bueno que hicieron los escoceses, que es mucho, pero con un sonido mucho más potente, exagerando las mejores virtudes del disco y minimizando sus fallos. Capas y capas de guitarras que flotan, se prolongan en el tiempo, se hacen fuertes, la tensión es brutal… los Posies sacuden con fuerza, proyectan una telaraña eléctrica cada vez más tupida… la pobre producción del disco original queda olvidada, es como si lo hubieran remasterizado, pero no solo eso, lo han insuflado del nervio característico de la banda, ellos no dejan de ser ellos mismos, el traje les queda a medida, está claro porque es uno de sus discos favoritos. Tan sencillo como coger buen lp y encontrar el grupo ideal para mejorarlo y revivirlo, para quitarle las telarañas, para sacudirle todo el polvo. El resultado final es brillante, potente, un producto impecable, una fusión arrebatadora, como una versión mejorada de un perfume antiguo, después de unos meneos, huele más fresco, más potente, se hace irresistible. Imagino que los escoceses podrán estar orgullosos de haber dado en adopción su primer hijo a una familia tan competente. Porque si Jon y Ken son la parte visible y más destacada del grupo, agotaría páginas hablando de las excelencias de estos músicos… Matt Harris al bajo y Darius Minwalla a la batería no son moco de pavo, siento repetirme, pero esa base rítmica es una auténtica locomotora, son unas batidoras… sólidos y contundentes, el complemento perfecto al dúo originario… sinceramente, los Posies son la leche, tocando lo suyo y lo de los demás. Por si fuera poco teníamos a Sergio Vinadé (Tachenko) que había venido a sonorizarles, saliendo de espontáneo de cuando en cuando y agitando al público, cencerro en mano. Al igual que las guitarras, una ligera bruma flotaba en el aire. De la garganta de Strinfellow, salivazos por aspersión… el dragón lanza fuego sin parar, no puede quedarse seco pero yo creo que esto ya se ha convertido en algo compulsivo, una manía irremediable.

Después de repasar la Educación católica salieron con su mítico Throwaway y nos adelantaron dos canciones que serán parte de su nuevo disco que se encuentran grabando ahora mismo en el Puerto de Santa María con Paco Loco. Plastic Paperbacks y The Glitter Prize como aperitivo hasta septiembre, pinta muy bien. Así acabó todo, Ken Stringfellow dejó a sus compañeros con los instrumentos en las manos, se metió a los camerinos con el resto de la banda a punto de comenzar otra canción… no sabemos lo que pasó, pero en el aire quedó la duda… la mayoría de los comentarios eran del tipo “Ken se mosqueó con Jon porque no le esperó en varias ocasiones mientras este afinaba la guitarra”.

Antes de que ocurriera todo esto, Luís Auserón se dejaba su gran corazón en canciones que también le han marcado, y que en sus propias palabras, son infinitamente mejor que cualquiera de su propia autoría. Un repertorio variado, mutante, en muchas de ellas apenas se reconoce al artista original y si se identifica claramente al nuevo trasmisor. (como el Without you I’m nothing de Placebo). ¿Es un gótico?, ¿un punk?, ¿es un crooner o un rocker? No lo sé, le da a todos los palos y lo hace con infinito respeto, como la dedicatoria que hizo a Alex Chilton tocando September Gurls. Luís provoca división de opiniones, entiendo que es difícil entrar si no has escuchado el disco antes, la economía de instrumentos tampoco favorece… Joy División sin bajo para muchos es un pecado. En fin, pueden ser un poco chatarreros pero yo creo que le quieren dar ese punto… en este caso no se si las necesidades se imponen al sonido o el sonido buscado es verdaderamente así, crudo, sin adornos, áspero e incómodo. “En el escenario me convierto en una puta” toda una declaración de principios del músico zaragozano que maneja las tablas con desparpajo y naturalidad, el salpica la actuación de cierto teatro, humor. Hace que te sientas cómodo… y sí, hay ocasiones como en el Love In Vain que parece que se le va la vida mientras canta… pone toda la carne en el asador, se nota y ese sentimiento verdadero no creo que genere dudas. Calculo que no lleve ni un año con este proyecto, una locura que han agarrado sobre la marcha y han ido construyendo a la carrera. Con esos condicionantes no se puede pedir mucho más. Además, la “Eastwood” le queda de puta madre.

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