La filosofía del triángulo (The Brontës. Santander 14/04/12)

Eric Fuentes siempre apostó por The Brontës y lleva razón. Iñaki Calzada defiende sin dudas la “filosofía del triángulo”. A la vista de los resultados, también está en lo cierto. El sábado 14 de abril daba pereza salir de casa. Día lluvioso y frío como pocos, en los bares se sigue el desenlace de la liga… La oferta musical no para. El Rocambole programaba a los vitorianos The Brontës. Llevaba tiempo con ganas de verlos en sala… Lo del Ebrovisión del año pasado en la plaza del pueblo, y con la gente comiendo paella, no es lo que yo entiendo por un concierto al uso. Mucho menos ver al grupo subido en un autobús… Digamos que así, nunca vas a tener la medida de lo que puede dar de sí la banda. Recuerdo que Iñaki, bajista del trío, me comentaba “Yo necesito tocar en triángulo y bien cerca de mis compañeros, allí arriba estábamos en línea, era un poco raro…” Está claro que tenían que tocar allí, y no están las cosas como para dejar pasar oportunidades, pero no era la situación ideal. Ha costado que volvieran a nuestras tierras, «Los Huesos de Portobello» han vuelto a apostar por ellos, tanto banda como promotora guardaban buen recuerdo de la primera vez, espero que la “relación” se perpetúe en el tiempo… hay grupos que si no, no hay manera de verlos.

De entrada la sala me parece que ha mejorado, no entro en la estética, demasiado “chic” para mi gusto. No voy a eso, con la última reforma el sitio está mil veces mejor para ver un concierto. Mas espacio y mejor repartido, más centradito y cuadrado… escenario cercano… Merece la pena. En algún momento pensé en el “Antzokia” versión reducida y a la santanderina. Unos pocos valientes pululaban por allí antes del inicio, creo que ver, a día de hoy, una sala de conciertos llena, va a ser como la típica historia del tipo “joder, pues hace años se podía fumar en los bares”. Las vacas gordas, aunque nunca con sobrepeso, forman parte del pasado. Puede que aún así, se salvaran los muebles, o puede que todavía se mascara una tragedia aún peor. Está claro que los vitorianos no están en primera línea del llamado “indie” nacional, pero a tenor de lo demostrado el sábado, más cotización podrían tener. Lejos queda ya su victoria en el concurso Imaginarock (1998). También ha llovido, aunque no tanto, de sus trabajos producidos por Paco Loco. Ahora con la ayuda de Hang the Dj records dicen que se vive muy bien, notan menos presión.

Antes de la actuación, una gran pantalla detrás del escenario, desvela el penalti a favor del Levante… fuera fútbol, la música va a comenzar… el Barça empieza perdiendo. La banda salió enchufada desde el principio… hicieron su trabajo de erosión, de manera constante y con velocidad de crucero. No hay victoria por K.O. pero tampoco riesgo de derrota, el combate se decide a los puntos y ellos saben que a los puntos acaban ganando. Sin alardes pero sin fisuras, música rocosa, llena de plomo… Guitarra, bajo y batería, no hay más, no se necesita (teoría del triángulo). Al poco ya me daba igual cómo fuera el Barça, estaba disfrutando y nada me iba a privar de mi momento de felicidad. Los comentarios a pie de pista era más o menos “Suenan mucho más potentes que en el disco” o “Joder, mucho mejor de lo que me esperaba”… también había alguno como “Eso sí, son un poco sosos”. Es cierto, van a hacer su concierto y no hay espacio para la charlotada o cierto feedback con el público. Ellos están concentrados en la música y a través de ella, trasmiten su energía. Es verdad que tienen unas señas de identidad claras, bien definidas, y que el sonido no engaña. Han mantenido esto desde sus inicios, miran a los grupos de los noventa, y no esconden su pasión por bandas como Dinosaur Jr., Hüsker Dü o Pavement, ahora la diferencia principal, es que han pasado a cantar en castellano. Las letras también llevan cosas… “Voy a suplicar que regrese el viento, que no duela el tiempo, con suerte”. Sencillo pero efectivo, en el engranaje de la música encaja más que perfecto. Además, la sencillez no tiene porque estar exenta de belleza… para mí, ese es un claro ejemplo. Escucharla en “Suerte” multiplica su efecto, y en directo más. Así pues, admito que a veces suenan planos y pueden resultar demasiado monolíticos, pero al final, te acaban encontrando. Las letras acaban fundiendose en la cabeza, si el cambio de idioma motiva esto, bienvenido sea.

De primeras Mournful Mary y esas guitarras tan “Neil Young”. Siguen con el Mary & Jim con “I believe lights is by your side”. Buena descarga de música que entra a chorro… la base rítmica aplastante, un estribillo pegadizo que se repite una y otra vez, prosiguen con una eficaz labor de demolición. Raúl Rama apuesta por el “Hágaselo usted mismo”. Guitarra y “ampli” han sido creados por sus propias manos. En líneas generales me pareció que el concierto mantuvo un sonido bastante aceptable. “Volveré a empezar” es la primera del “Vender la sombra”. Ritmos cuadrados y repetitivos hasta la asfixia. Con “Cadenas” el latido se vuelve más frenético, el ritmo es más explosivo… La hora y media de concierto se desarrolló tal cual. Se ven las tablas que dan los años. La ejecución fue seria y sin contemplaciones. Veinte canciones que alternaron la totalidad del “Vender la sombra” (excepto la deliciosa «No pueden vencerte» que cierra el cd) con su cancionero más o menos reciente en inglés. Guitarras afiladas, una base rítmica plúmbea y estribillos directos. Tuvieron tiempo para meter You shine, de su disco fantasma (Late) y un cariñoso recuerdo al foro del Azkena con Qué importa, canción inédita que incluyeron en el recopilatorio de grupos con foreros entre sus miembros. Música sin recovecos, rock musculoso pero también con cierta estela “pop” e incluso “powerpop”. Los bises con “Lovers anyway” y “I wanna know” son el ejemplo perfecto de estas dos partes que cohabitan en el ADN de los vitorianos. La primera, un chute agridulce que sube de manera ineludible cada vez que la escucho. Es un “clásico” por derecho propio. La segunda, y cierre del concierto… inapelable. Aquí el peligro se masca, los ojos inyectados en rojo vino, tensión, electricidad y catarsis. Un viaje estupendo… Una gran noche… El Barça también remontó.

Fotos: Pablo Romo (Tambourine)
Texto: Santiabo V.M. (Stoner)

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