Fito & Calamaro: festival bipolar

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Arrancó la gira 2 son multitud, Andrés y Fito, Calamaro y Fitipaldis. Cuatro ciudades recibirán la visita de estos dos pesos pesados del rock en castellano. El pistoletazo de salida se dio en la madrileña localidad de Getafe. Allí, tras vender todas las entradas previstas, se decidió ampliar la gira con una nueva cita. Viernes y sábado, Andrés y Fito se subieron al escenario ante una audiencia que, entre las dos noches, ronda las 50,000 almas, cifras en la esfera de los grandes conciertos internacioneles: Rolling, Bruce, U2….

Nos encontramos, por tanto, ante todo un fenómeno de masas en una época en la que el público deja pasar los conciertos individuales en detrimento de los grandes festivales. ¿Será por ello que esta gira está planteada como un pequeño festival itinerante? Al Norte Del Norte estuvo en Getafe, para comprobar el riguroso directo de esta gira.

La tarde del sábado, los alrededores del estadio Juan de la Cierva de Getafe eran un hervidero de personas. Desde las cinco de la tarde ya había gente haciendo cola al sol para entrar al recinto (así andaban luego los miembros de proteccuión civil, de lipotimia en lipotimia). No todos fueron tan previsores, y el inicio del espectáculo se retrasó cerca de una hora hasta que toda la audiencia estuvo acomodada y con los ojos clavados en el escenario.

Los protagonistas de la noche aparecieron en el mismo como dos amigos, charlando tranquilamente, acompañados de los músicos de la banda de Calamaro. Juntos, comenzaron el concierto con A los ojos (Los Rodríguez), a dúo de mástiles y voces. Otras tres canciones completaron este mano a mano inaugural de la fiesta: Viene y va, de Fito; Quiero ser una estrella (la versión de Fito del tema de los Rebeldes… donde Andrés transformó a la rubia en un travesti) y No se puede vivir del amor, de Andrés. El montaje era un despliegue de luces y pantallas gigantes. Una de ellas, incluso, detrás de la mesa de mezclas, para no perder detalle mientras el personal se acercaba a los servicios o a la barra. Todo un detalle.

Tras este aperitivo, Fito abandonó el escenario para ceder el total protagonisma a un Andrés Calamaro que dejó caer algunos de sus himnos, pero que también sacó del baúl unos cuantos temas no tan accesibles, no tan obvios. Por ello, tan pronto conseguía hacer corear a la multitud su Te quiero igual, como daba un respiro mientras sólo sus más acérrimos seguidores continuaban cantando. Esto, unido a unos desarrollos tan largos como algunas de sus explicaciones, consiguieron que el clímax se acabase diluyendo. Calamaro tampoco parecía estar muy centrado en otra cosa que no fueran sus canciones: incluso llegó a equivocarse al presentar a sus músicos. Genio y figura. Flaca no sonó tan potente como se esperaba, pero consiguió remontar y recuperar los coros y botes con un final infalible: Canal 69 y Paloma fueron sus últimas canciones en solitario, antes de que Fito regresara bajo los focos para otro mano a mano: Estadio Azteca.

Tras un breve descanso para cambiar instrumentos, reapareció Fito… esta vez acompañado de sus Fitipaldis. El efecto fue inmediato: miles de personas desgañitándose a cantar unos estribillos que, tanto en álbum como en directo, han demostrado ser infalibles. Fito y su banda ya llevan muchos -y multitudinarios- conciertos a sus espaldas, y se nota. Todo ensayado al milímetro, dejan poco a la improvisación: su concierto fue un fiel reflejo de lo que vimos hace unos meses en Santander. Ni más (que sería difícil) ni menos. La recta final de su actuación contó con la presencia de Andrés, y juntos se marcharon antes de regresar con un único bis, el broche de oro a cuatro horas de música. Con Alta Suciedad se despidieron, por segunda noche consecutiva, del público de Getafe.

En lo musical fue una fiesta, aunque el repertorio de los dos músicos, y su ejecución, fue un tanto desigual. El concierto de Andrés fue disfrutado por todos sus fans; el de Fito, por todos los asistentes. Hay una pequeña diferencia. En cualquier caso, es imposible aguantar con la misma intensidad un concierto de cuatro horas, por lo que a partir de las dos primeras se veía a más gente disfrutando del espectáculo sentados en la parte trasera o en los laterales del estadio. Recordaba un poco al ambiente de un festival, sensación incrementada por la necesidad de usar fichas o moneda propia para abonar bebida y comida dentro del recinto.

Mención aparte se merecen los dos músicos (bajo y batería) que, al formar parte tanto de la banda de Andrés como de los Fitipaldis, no se apearon del escenario en ningún momento. Toda una prueba física, dos noches consecutivas además.

No todo son elogios, eso sí. Si en la gira nos prometían demostrar que el rock en castellano llena estadios, lo consiguieron. Si pretendían convertir la cita en un pequeño festival, estuvieron bien cerca. Pero lo que sí se echó en falta fueron los anunciados «muchos servicios de hostelería, mercadillos, etc«. Merchandising, patatas, kebab y una barra no se acercan a esa descripción. Además, al final de la noche era difícil ya conseguir algo de comida, y durante el concierto de Fito se terminó el agua. Todo esto, unido al desolador aspecto del estadio (se notaba que hacía tiempo que le hacía falta un buen repaso) y a la distribución unilateral de la grada, impidió que la noche fuese perfecta. Casi. Si los recintos en las restantes ciudades están mejor acondicionados, poco se dejará a la crítica.

Sin lugar a dudas, una noche irrepetible… salvo con el dvd que se aprovechó para grabar.

Fotografía: Roberto Ortiz (RTZ!) para ANDN.

Más imágenes del concierto en nuestra sección de fotos.

3 comentarios sobre “Fito & Calamaro: festival bipolar”

  1. Yo estube el 7 tambien viendolos y la verdad es que estoy al 100% de acuerdo con el reportaje que publicais.Solo me gustaria destacar un gesto «feo» por parte de Calamaro, que en los comentarios entre canción y canción ( y sobre todo la primera vez que Fito abandonaba el escenario, para dejarle solo) tiró 2 o 3 comentarios hacia la gira de Serrat y Sabina con comentarios fuera de lugar,(por los que se gano una leve pitadilla)…dudo que Sabina y Serrat necesiten nombrarlo a él en sus conciertos para animar a la gente.No sé, me parece una tonteria, pero me parecio feo por su parte.

  2. Suscribo toda la entrada. Yo he estado en el concierto de Santiago de Compostela. Y más de lo mismo. Menos mal que Calamaro actuó en primer lugar, porque en caso contrario, el pabellón se queda vacío en las segundas dos horas. Como tú dices, Calamaro hizo vibrar a sus fans, Fito & Fitipaldis a todo el mundo. Un lujo Fito en directo. Aunque, al final, las cuatro horas se hicieron un poco largas, especialmente por el increíble calor que hacía en el recinto.

  3. Chis_teka, si Calamaro hizo esos comentarios los hizo de forma amistosa, no se si conoceras a Calamaro, pero si lo conoces sabras que es un auténtico fan de Sabina desde siempre y que han colaborado juntos varias veces, incluso hicieron conciertos juntos, con Los Rodriguez, Andrés respeta a Sabina mucho mas de lo que puedas imaginar, informate antes de hablar

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