El rock está con nosotros (Turborock 2010)


Fotos cedidas por: www.denaflows.com

El pasado viernes 24 y sábado 25 de septiembre se celebraba en el Mercado de Sarón la primera edición de Turborock, un festival itinerante que tenía parada también en Madrid y Valencia.
Los artistas confirmados a la cita hacían un cartel más que atractivo, poder ver en al región en el mismo fin de semana grupos como Mudhoney, Redd Kross, Young Fresh Fellows, The Soundtrack Of Our Lives o Hoodoo Gurus era algo que hace unos años era inimaginable, bueno, yo no me lo imaginaba ni hace unos días. Porque no sólo era un cartel llamativo por la parte de arriba, es que las bandas nacionales, Los Coronas, Sex Museum, The Right Ons, Los Chicos, Chicktones… es de lo mejor que se puede ver en la actualidad. Otros como The Meanies o The Wildebeests son el ejemplo claro de un festival sin relleno. La única verdadera decepción, por debajo de lo esperado, The Muffs.

Se podría decir que el envento ha nacido con estrella, la opinión mayoritaria es que ha estado bastante bien, al ser el primero, es muy complicado que no haya algún fallo como la coordinación con las lanzaderas de vuelta a Santander. (Parecía que no estaba muy clara la parada para cogerlo). Desconozco si habrá habido muchas cosas más, sí es así, no se han notado. Tengo que reconocer que iba con cierto miedo, soy un poco neurótico… demasiado bonito para ser real, no era posible tener esto y no contar con problemas de sonido o de capacidad, imaginaba que íbamos a estar como sardinas en lata, la verdad. Puede que mi cabeza utilice ese mecanismo de defensa para que si finalmente, algo ocurre, la desilusión sea menor. Así que a poco que la cosa salga bien, mi satisfacción se eleva enseguida, es como quitarme el peso innecesario de encima, descansar al comprobar que todo está correcto.

Antes de llegar, la lluvia nos dejaba una estampa no muy favorecedora sobre el recinto y los aledaños. Ya se que era cerrado pero a mi que me den sol, aunque solo sea para pasar del Mercado a la mini carpa de circo que había preparada para los djs. ¡Vaya bailoteos! Con todo lo que me gustaron las actuaciones, que fue mucho, me daba una pena increíble tener que irme de la carpa cuando acababan los descansos entre grupo y grupo. Así pues, estuviera donde estuviera, estaba encantado, rock and roll a babor y estribor, el sueño dorado. Tengo que reconocer que cojeo de este pie (rock) y que soy muy facilón en este sentido. Unos acordes clásicos, unas voces evocadoras de aquella época y mis pies se van detrás. Entre el público muchos conocidos de fuera, Madrid, Barcelona, Bilbao, Vitoria, Toledo, Gijón… creo que había más que de dentro. Ya he dicho que el cartel no era moco de pavo.

Imagino la dificultad de haber organizado allí esto, un edificio antiguo, con columnas al medio, incluso una en el escenario… bien de largo pero algo estrecho si contamos con la barra lateral y el pasillo para la zona del backstage. ¡Fuera miedos! al final ni estuvimos apretados, ni el sonido fue horrible ni ninguno de los temores del preestreno. La barras, tickets, baños funcionaron bastante bien. Por cierto, los baños eran bastante mejores que la de la mayoría de los festivales.

Chicktones abrían el festival el viernes a las 17:30 con poco público todavía, como apuntaba Mac, la hora del café. En un sitio grande es difícil hacerse a la idea de concierto “real”. Más bien un ensayo a puerta abierta. Los cantabros tienen ya las canciones más que machacadas, han girado bastante con su disco “suerte”, siempre es un placer escuchar cosas como No dejes huella, No hay valor o Mardigras…rock de raíces pero con un trabajo notable en las voces. Además, en castellano, para no perderse nada. De Brasil también llegó el rock de la mano de Autoramas. El trío ejecuta una mezcla entre garage, surf, y new wave chispeante y vacilón. No eran un prodigio de técnica pero el batería tenía una manera de tocar diferente, bastante llamativa. El baile de la mosca les dio mucho de sí. Couldn’t care at all o Megalomanía fueron alguna de las destacadas en un set demasiado corto. The Meanies desde Australia dieron un concierto salvaje, desde el primer al último minuto vaciaron todo el cargador. Trallazos de punk rock al estilo Ramoniano pero con más plomo. El cantante se dejó el alma, el cuerpo y las cuerdas vocales en el escenario, pletórico. Los Coronas y Sex Museum actuaron unos detrás de otros, no en vano comparten la mayoría de sus miembros. Apuesta segura y contrastada. Los primeros con su habitual surf instrumental y ese eterno sonido de banda sonora a medio camino entre Morricone y Tarantino… ahora también le dan al pasodoble. Se atreven con todo y todo les sale bien. Quizás a veces deberían cerrar las canciones antes. Los segundos dando paso al rock más sesentero y setentero vía The Who, Deep Purple o The Doors. Aquí los teclados cobran especial protagonismo. La mezcla del (You gotta) Fight for your right (to party) de los Beastie Boys con el Smoke on the water de los Purple sigue siendo muy curiosa de escuchar. Eso sí, esta vez sonaron algo más suaves que en otras ocasiones. The Muffs fue un concierto sin sustancia, totalmente prescindible. Bastante ramplones para lo que me esperaba. Decepción.

Hoodoo Gurus dieron un gran concierto. Con esos temas es imposible hacerlo mal, ya andábamos rodeados de bastante gente. Como casi siempre en estos casos, escuchas grandísimas canciones y también echas de menos otras igual de buenas. Encima los sets eran bastante ajustados, una hora diría yo. Había que disfrutar a la carrera maravillas como Death – Defying o 1000 miles away.

Redd Kross dieron un punto más todavía que los Gurus y salieron como grandes triunfadores de la primera jornada. Punk, powerpop y rock en una batidora a toda máquina. Caña y melodía a partes iguales, guitarras afiladas, base rítmica contundente… voces que entran a chorro… Crazy world y su gran estallido, Lady in the front row, Huge wonder, Stoned es un éxtasis de felicidad. Hay que seguir al líder.

El sábado había comida popular pero yo me la salté, preferí aprovechar para descansar un poco más. Los primeros en salir fueron Los Chicos. Les había visto hace escasos tres meses en el BNS. El show es parecido pero no tiene nada que ver la sensación de primera hora que de fin de fiesta. De todas maneras ellos siempre dotan a su música de un carácter festivo, verbenero, le dan al soul, al rhythm & blues, al rock de cantina, invitan al desparrame y la locura, aquí el sonido no importa tanto. En definitiva música para sudar, cantar y celebrar. Muck & The Mires son los más parecido a uno de esos grupos de la invasión británica de los sesenta… no disimulan en nada su sonido ni sus influencias. Es más, podría pasar por la típica banda de versiones de aquella época dorada. La sombra Hollies, Beatles, Zombies, Animals y demás bandas es alargada. Sobra decir que lo pasé realmente bien y que disfrutamos de un sonido más que bueno. (El sábado no hizo más que ir para arriba).

Con The Wildebeests saltó la liebre definitivamente, no los conocía de nada así que nada esperaba, ni bueno, ni malo. Durante aproximadamente una hora tuve la sensación de estar viendo el mejor concierto de todos los que habían acontecido hasta el momento. Sólo guitarra, bajo y batería, música sencilla y efectiva, con un sonido primitivo, mágico, las referencias no eran muy diferentes a las del grupo anterior pero aquí la cosa tenía más cuerpo, era más cruda, tenían algo magnético, especial, algo que llevaba irremediablemente a los primeros Kinks, Stones, etc. Canciones como One minutes time o Lucinda eran seguidas ya con movimiento de caderas y gran algarabía por mi parte. Además tengo que decir que hacía mucho tiempo que no tocaba la guitarra o el bajo imaginario tanto como en este Turborock. Los escoceses también tuvieron un recuerdo para los 13th Floor Elevators con She lives (in a time of her own). Para quitarse el sombrero, no puedo decir menos. JC Brooks & The Uptown Sound fue la ración de soul tan presente últimamente en la escena musical. Parece que ahora la moda va hacia este revival de música negra. Es una gran noticia, siempre está bien volver a ese sonido, el que en mi opinión debería llenar bares y discotecas. Esta música esta llena de sentimiento y es muy sensual, parece una perogrullada pero son dos ingredientes que a cierta hora te hacen flojear las piernas y la cabeza. J.C. Brooks con su cara de culo de niño (me pareció realmente joven) no se cortó en atacar el I’ve Been Loving You Too Long de Otis Redding… ya para aquella altura andábamos Sergio y yo con la broma de “Camarero, la cuenta por favor…” realmente la sensación era insuperable. El bajista tenía la mano tonta, ¡qué manera de tocar! Se puede decir que les dejaron el escenario bien calentito a los Right Ons. No se porqué la gente elige siempre a este grupo para descansar, cenar o cualquier otra cosa antes que verles. Ya son varias veces que cuando salen a tocar, se afloja de gente que da gusto. Lo último que se me ocurre es que sea por motivos musicales, donde se ve no hace falta gafas y estos mozos en directo son un tiro. Le ponen ganas, tocan bien, hacen música directa… no se, pueden que tengan que pintarse la cara de negro o reinventarse con otro nombre y decir que vienen desde USA, seguro que así se les prestaba más atención. Siempre que les he visto me han gustado y esta vez bastante más que en el In Festival, en las distancias cortas se sienten más cómodos, eso me dicen ellos. Yo ya estaba excitado como una mona, lo estaba pasando realmente en grande, no había ningún atisbo de que nada se pudiera torcer.

Los Young Fresh Fellows aprovecharon el camino abierto por sus predecesores y dieron un concierto energético, divertido y loco a partes iguales. El plato pértiga alante y atrás, la sola presencia Scott McCaughey, Un Kurt Bloch entre Rockefeller y Camilo Sexto o la pipa de Jim Sangster son imágenes que conservaré tiempo. Picture Book de los Kinks, también sonó en sus voces. Es de esos grupos que se además de animar a la concurrencia, se nota que se divierten encima de la tablas. A pesar de los años, siguen mostrando pasión por lo que hacen.

TSOOL se escapan a lo meramente musical, aquí ya hay algo más místico, espiritual, su música te eleva, te hace flotar, tiene chicha pero con una gran carga emotiva. Su nombre lo dice todo, la banda sonora de nuestras vidas. En ella hay de todo, pop, psicodelia, rock… The Doors, Beatles, Stones, Byrds The Who, Pink Floyd… Ebbot Lundberg como gran maestro de ceremonias nos lleva hacia la luz, la penitencia para alguno fue sujetar ese gran cuerpo y tener que devolverlo al escenario. Sister Surround, Big time, Second life reply o Nevermore provocaron el delirio general, los suecos salieron como grandes triunfadores del festival, una vez más. Llegué a ver lágrimas entre el público, la música tiene un poder incalculable. Mudhoney me empacharon con su sonido desproporcionadamente alto. Bien es verdad, como me dijo Ellis, que después de ver a TSOOL ya podían salir los Beatles. Me quedé hasta el final de la actuación pero ya estaba con mi mente en otra parte. Había tenido suficiente.