El curioso caso de los Deans

Dead Sheep Productions buscan grupos por el mapa igual que los cochinos rastrean hasta encontrar las trufas. Hay que tener el morro muy fino para descubrir en terreno poco explorado, perlas del calibre de Graham Foster o The Deans. Creo que son dos de las actuaciones más impresionantes que he visto en Cantabria en los últimos años. Lo mejor de todo, nos lo sirven a un precio que no es de trufa, es de risa. Se agradece pues, en tiempos de crisis, poder ver conciertos por ocho euros. Luego el show demuestra que lo vivido no se paga con dinero. Ni con ocho ni con ochenta.

Miércoles 18 de marzo. Sala Picos de Liérganes. El concierto parecía el guión de la peli de David Fincher “El curioso caso de Benjamín Button”, la historia de un hombre que nace como un viejo y cumple años hacia atrás en el tiempo. En el escenario, The Deans, un trío de irlandeses con una insultante madurez camuflada en el cuerpo de unos pipiolos de dieciocho años. Creo que el mayor tenía veinte. Así pues, o han nacido con ochenta años y los instrumentos bajo el brazo o yo no entiendo nada. ¿Cómo se puede tocar así sin llegar a la veintena? Hay músicos que llevan veinte años tocando y la comparación no se sostiene por ningún lado. Es más, hay muchos que jamás tocarán así, ni en cien vidas… Está claro que estábamos ante unos niños prodigio, sobre todo Gavin Dean, guitarra, armónica y voz de la banda.

Sobre las 22:20 de la noche empezó a sonar el mejor rhythm & blues que se puede uno imaginar. La voz de Gavin totalmente cuajada, nada que ver con su aniñada cara ni con su dieta a base de agua mineral…
Como diría Boluda, ¡Vaya chorreo! El atracón fue de aupa. Los nenes se cascaron dos horas y media de actuación, y eso que no habían tenido tiempo de cenar. Recorrido por todos los palos del rock, nada que ver con algo lineal, bastantes giros en cada canción, picos de subida y de bajada… a veces no sabías por dónde silbaban las balas, había flexibilidad e improvisación, había sorpresa y emoción. No se me hizo nada largo. La gente que acudió en buen número estaba totalmente alucinada, fue una especie de delirio colectivo, estábamos rebozados de blues hasta las orejas y queríamos más, increíble que después de ver tropecientos mil conciertos siga habiendo grupos que hagan que me tiemblen hasta las piernas.

Además de los temas como I got rid fo Luci o Carnival blues de su cd “The album”, estos JASP (jóvenes aunque sobradamente preparados) retomaron clásicos del blues como Spoonful, I’m so glad o Got my mojo working, escuchadas miles de veces en grupos como Cream, Ten Years After o The Zombies, hicieron un guiño a Roy Orbison con un “Pretty woman” de treinta segundos y acabaron entre una salva de aplausos tan atronadora que seguro que todavía alguno tiene las manos rojas. Y sí, se llevan lo mejor de los mejores… Peter Green, Rory Gallagher, Johnny Winter, etc. Saben lo que se hacen, no hay duda.
Tengo la sensación de que dentro de muchos años, cuando sean auténticas figuras del rock, más de uno podremos decir “yo a estos les ví cuando estaban empezando”. Avisado queda todo el mundo.

6 comentarios sobre “El curioso caso de los Deans”

  1. yo los ví en torredembarra (tarragona). como dices, dos horas y media. me sorprendieron con todo eso que bien explicas y no voy a repetir. me compré el CD y un e.p. que han sacado ahora llamado «distraction» (y hasta una camiseta de la banda!). leo por ahí que llevan tocando desde los 13 o 14 años. el cantante y guitarrista (y harmónica) es un prodigio, darán que hablar…

  2. En la Ruta 66 de este mes sale una entrevista con The Deans. Parece que no solo han arrasado en Liérganes, la peña por ahí lo debe de flipar con ellos.

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