CUVA 2010: muy poca pegada

La cuarta edición del festival CuVa (Cultura de Vanguardia) deparó muy pocas sorpresas. Con un cartel en el que destacaban sobre manera Mark Lanegan e Isobel Campbell, la respuesta del público no acabó de cuajar -salvo la tarde del sábado con la actuación del dúo como plato estrella-. Otra historia es el CUVA Kids, una sección del festival que cuelga el cartel de no hay billetes metiendo el gusanillo de la música a los más pequeños con el buen hacer de algunos de los artistas implicados en el cartel.

En líneas generales, ha sido una edición muy plana, sin picos pero tampoco depresiones, que seguro establecerá un antes y un después en el festival, y que crea la necesidad de cierto replanteamiento de la formula. Aún así, como veremos a continuación siempre hay sorpresas es este tipo de citas. También sobrevino algo de mala suerte y hubo incluso huelga de controladores aéreos de por medio, algo que afectó a más de un artista, pero la organización tuvo capacidad de reacción y supo capear el temporal de forma muy acertada. En nuestro foro, algunos foreros plantean la posibilidad de cambiar fechas, recortar días, reducir horas, de combinar artistas de peso con otras apuestas de futuro…. En las siguientes líneas, un pequeño resumen de lo que aconteció durante estos tres intensos días de música en directo:

Viernes 3 de Diciembre

El cuarto de estar de esta edición pretendía transportarnos hasta la Factory de Warhol y compañía. Un centenar de televisores nos recibía entre un sinsentido de papel albal. Un poco más al fondo, artistas trabajaban customizando muebles y dándole al lienzo. El resultado final quedaba entre fascinante y extraño. Vamos al lío: abrió el festival en este espacio Plv Havoc. Este donostiarra hace canciones de calma intensa en inglés: derroche de sentimientos para recibir al personal. A continuación, ya en la sala Pereda, los barceloneses Stay. Había comentarios muy favorables que hablaban de las bondades de sus dos discos y tras ese horrendo nombre se esconde un combo con buenas maneras que hace canciones a lo británico. Ecos a Oasis y a la psicodelia más cercana, para mi gusto una fórmula demasiado explotada. Concierto más que correcto, pero nada nuevo bajo el sol.

Stay

A Anari ya tuvimos ocasión de disfrutarla hace años en el difunto Tanned Tin –cuánto te lloramos- y en esta ocasión volvía con banda al completo. Muy poca gente para ver a la de Azkoitia que dio toda una lección en eso de provocar nudos en la garganta. Anari suele arrastrar el marchamo de ‘PJ Harvey Vasca’ aunque es mucho más que eso: una voz única y honesta que ha compuesta alguno de los versos más bellos de los últimos años. Es un uno en la quiniela siempre. Algunos dijeron que faltó algo de explosión. Eso lo dejamos para otra ocasión en que vuelva, por ejemplo, con Lisabö.

Anari

Los neoyorkinos Callers salieron al cuarto de estar precedidos por una ‘curiosa’ – dejémoslo ahí- performance de Andy Warhol. Los Callers venían de participar en un festival con muy buen ojo como suele ser el Primavera Club, lo que les daba un plus de interés. El caso es que no defraudaron y fueron unos de los que justificaron el epígrafe ‘de vanguardia’ en el nombre del festival. Música muy arty, a medio camino entre los omnipresentes XX y los temas más calmados de Blonde Redhead.

Callers

A Damon and Naomi también los habíamos tenido años atrás en la ciudad con sus canciones ensoñadoras. Hay que reconocer que, aunque la pareja formó parte de uno de los proyectos más especiales de la historia (Galaxie 500) y firma en la actualidad excelentes álbumes, no es un cabeza de cartel de los que decanten la balanza y congregaron muy muy poca gente. Fue un precioso concierto, con matices muy muy bonitos pero muy lento, fuera de tiempo. A pesar de lo bello de las canciones, la respuesta del público no justificó unos bises tan forzados, como por contrato. Los cántabros Sweet Daddy Ray, en el cuarto de estar, volvieron a animar un poco el cotarro a base de americana y canciones bonitas de esas estribillo interminable a lo Springsteen. Tengo curiosidad por ver cómo se hubiesen desenvuelto en la sala grande.

Damon and Naomi

Cerró la jornada Klaus and Kinski. Meter a más de 100 personas hoy por hoy con este grupo es misión imposible en Santander, negar lo contrario es darse de cabezazos en la pared. Salían a la palestra dos de las esperanzas blancas del indie nacional (tal y como se entendía este término hace años, ojo): los dos magníficos discos de los murcianos, ‘Tu hoguera está ardiendo’ (2008) y ‘Tierra Trágalos’ (2010). Misión complicada con un horario y un sitio que es una emboscada -fuera de tiempo y lugar- y con una frontman como Marina. Más allá de que no afine del todo, que su voz sea peculiar y todo lo malo que quieras poner aquí, no puedo evitar pensar que es un amor y acordarme de mis años mozos y de los grupos de Sarah Records, de Lush, del Shoegaze y de Echobelly. Para mí eso es irrebatible. Tengo que señalar que, en mi opinión, Marina aguantó medio concierto como una campeona y, hablando de campeones, mención aparte para Alejandro, menudo superclase a la guitarra. Todo un fiera. Se merecen otra oportunidad en la corta distancia.

Klaus and Kinski

Sábado 4 de diciembre

La huelga de controladores aéreos trastocó un mucho la programación y la organización, en un alarde de saber hacer y capacidad de reacción, supo controlar la situación y reformular el cartel de la jornada haciendo que se notasen las ausencias un poco menos. Nos perdimos por ejemplo a Tallest man on Earth, uno de los más esperados, y a Idiot Wind y Harper Simon. Como contrapartida, 45 grados avanzaron un día su actuación y Tachenko entraron por sorpresa. Los pipiolos 45 Grados siguen fogueándose en 1000 batallas y puliendo su sonido, con cada vez más empaque y más tablas. A continuación, en la Pereda, la sorpresiva actuación de Tachenko. Sergio Vinadé venía como road manager de Lanegan y compañía así que, qué mejor oportunidad que meter a los zaragozanos en el cartel. Con instrumentos prestados, sin bajo y mucha caradura dieron el que fue el concierto más divertido de todo el festival. Ortodoxia la justa.

Tachenko

De Niño y Pistola hemos hablado largo y tendido en esta web y en su foro. Los gallegos parecen expertos en despertar pasiones y detractores a partes iguales. Yo me quedo en el amable término medio después de su concierto en la sala Pereda: tocan y cantan como los ángeles pero se quedan en otro grupo más que no acaba de aportar ese extra que te distingue de todo lo demás. Además, no acabo de entender cómo llamándote ‘Niño y Pistola’ puedes después ponerte a cantar en inglés. Igual es que soy muy retorcido.

Niño y pistola

The Spanish Peasant ocuparon el cuarto de estar con ‘Home’, su primer exitoso largo bajo el brazo. Gema y Javi cantan intenso y bonito pero siempre me da la sensación de perderme algo, de que no han acabado de enseñar todas sus cartas y que tienen varios ases guardados. A ver si todo esto explota con el nuevo trabajo, del que ya sonaron algunos acordes. Si ya se atreviesen en castellano sería la repera. Emily Jane White, de nuevo en la Pereda, siguió la velada con más canciones tranquilas. Emily, a ratos al piano y a ratos guitarra y acompañada de un chelo, demostró que bien merece la pena investigar un poquito en su imaginario particular hecho canciones. Le jugó una mala pasada lo tranquilo de su propuesta y lo poco conocida que es por estos lares.

Emily Jane White

Como cierre de la jornada, el plato fuerte con Mark Lanegan e Isobel Campbell, que lograron concitar el mayor número de público en todo el festival a sabiendas de que son caballo ganador. Hora y media después todos sabíamos el porqué de esta afirmación: Su colección de canciones y su carisma está al alcance de muy pocos. Lanegan imponente en todo él y la Campbell como su complemento perfecto, la bella y la bestia, como Cash y Carter en medio del desierto en medio de la noche. El concierto del festival y uno de los mejores de todo el año, no hay duda. El único pero: era tan tarde que más de uno y más de dos sucumbieron en brazos de Morfeo.

Isobel Campbell

Domingo 5 de Diciembre

Tras el curioso nombre de DD/MM/YYYY se escondía un combo de Canada que se encargó de remover un poco los cimientos del Palacio de Festivales. Ritmo frenético, gritos y acoples a las 8 de la tarde en la sala de estar. Aunque no descubriesen la Coca-Cola, nunca está de más que alguien se encargue de hacer el cabrón en estas citas. Me apuesto un riñón a que les gustan un montón cosas como Liars, Lightning Bolt o Animal Collective, que de cada uno de ellos cogían una cosita. Se merecían otra hora más tardía en una hora en la que se amontonaba parte de la electricidad que había faltado en las tardes anteriores.

DD/MM/YYYY

Toybloïd, desde Paris, repetían en la ciudad tras sus experiencias este verano. Muy jóvenes y con muchas ganas, da gusto ver que las nuevas generaciones tienen en cuenta a gente como Bikini Kill o a Sweater Kinney. Mucha gente abandonó sus butacas montando una buena a pie de escenario. Sus amigos King Of Conspiracy, también desde París, partían de una premisa similar: electricidad a cascoporro. En el caso de este trío su concierto salió rana y daba la sensación que querían hacer muchas cosas al mismo tiempo y muy rápido. El resultado: dolor de cabeza.

Kings of conspiracy

Los torrelaveguenses Dante Place ponían la nota de color local de esta última jornada y un contrapunto a la descarga eléctrica que aún rebotaba en las paredes del palacio. El nuevo proyecto de Jorge Hunt presentaba su primer trabajo ‘Two Shillings and a Penny’, un buen puñado de canciones otoñales, pero no de las de frío, de las que nos recuerdan que el verano acaba de terminar. Una pena que unos pequeños problemas de sonido no nos dejasen disfrutar de sus canciones al 100%. Repetiremos.

Dante Place

Supersubmarina desde Jaén eran lo más esperado por los asistentes esta jornada, aunque muchos no supiésemos del todo qué pintaban en el festival. Aunque la cosa prometía lo contrario, al final no congregaron a demasiada gente -al menos no tanta como yo esperaba-, pero damos fe que sus aguerridos fans viven sus conciertos como si no hubiera mañana. Mi veredicto: su su su suspenso. A un sonido nefasto, lleno de rebotes, había que sumar una sarta de canciones con muy muy muy mal gusto: algo así como una mezcla entre Antonio Orozco, lo más recargante de Muse y versos dignos de los hermanos Quijano. Ni con un palo.

Supersubmarina

The Primitives fueron los encargados de poner el broche de cierre del CUVA 2010 dando un concierto dignísimo pero muy escaso de público. Aunque a priori para muchos puedan ser un ‘One hit wonder’ más con ‘Crash’, defendieron a capa y espada unas canciones que no ha envejecido nada mal y que para si quisieran muchos.
The Primitives

Texto: Roberto Palacios
Fotos: Gonzalo Valencia “loxza”

11 comentarios sobre “CUVA 2010: muy poca pegada”

  1. Muy de acuerdo con casi todo , y sobre todo con lo de Anari. Y que «alguno» diga que no la entienden porque canta en Euskera , cuando tampoco entienden al que canta en Ingles … que penita ….

    Por si alguien tiene interés que lea ( tranquilos … es castellano ..) » Harriak » e » Isla» a poder ser con la cancion de fondo , y luego que piense en algo parecido que conozca en nuestra preciada lengua .

    Muy buenas fotos

  2. fotazas…

    Fresx, también me da pena perderme lo que me toca de los que cantan en inglés, aunque en algún caso es mejor

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