Crónica del ELECTRIC PICNIC 2014 (Irlanda). Tercera parte y fin.

Texto: Elías Miera (El Sincio)


Beck (Jamie Tanner)

… y vamos ya con la crónica del último día del festival.

Domingo 31 de agosto.

Después del maremagno de emociones del sábado, empezamos la mañana como siempre, con otro líquido picnic, en este caso de barbacoa india y prosecco bajo el sol. Por supuesto aderezado con música que la programación del festival encaja perfectamente para esas horas. Gospel primero, con versiones de temas pop, y luego The Wailers. Iba a decir que lo que queda de ellos pero es que en realidad no hay ni un solo miembro de la formación original. Franquicia aparte, la banda plasmó un concierto de lo más entretenido, pero es que es imposible que no te entusiasmen semejantes clásicos, bajo el sol, con una copa de espumoso y con amigos. Temas además facturados musicalmente a la perfección. No se me ocurre mejor manera de empezar una jornada de buen rollo.


Simple Minds (Tara Stanhope)

Prosiguiendo con la ronda de clásicos populares decidimos pasarnos a ver a Simple Minds. Nunca fui un gran seguidor de esta banda aunque confieso que varias canciones de los escoceses me gustan mucho. Por este motivo y por llevar mucho tiempo sin saber nada de ellos, me presentaba con un punto de escepticismo. Una intriga que quedo disipada en escasos segundos de escucha. Me pareció excelente el concierto y, al igual que con los Stranglers, me impresiono la calidad y las ganas de los músicos en directo. El bajista y las guitarras sonaban tremendas. Me quito el sombrero, salimos todos encantados.


St. Vicent (Jamie Tanner)

Después del viaje a los 80 nos tocaba disfrutar con el rock avant-garde de St.Vincent. El año pasado me dejó altamente satisfecho su concierto con David Byrne en la misma carpa y me apetecía verla sola presentando su último trabajo. El art-rock, por momentos muy anguloso, de la Clarke en directo va acompañado de una autentica performance artística. La chica lo da absolutamente todo en el escenario, se mete tremendamente en cada canción y viéndola así de cerca parece por momentos que es la guitarra la que te habla, porque las suyas son unas cuerdas muy parlanchinas y fuera de lo convencional. Tremenda personalidad y originalidad creando unas preciosas atmosferas de dialogo musical con el público en todo momento. En mi opinión otro gran concierto a la ya larga lista…

Sin tiempo para coger aliento después de los alaridos de Annie y su guitarra nos dirigimos al escenario grande preparándonos en zona delantera para ver a Beck. Un artista al que no había visto nunca en directo y al que esperaba desde hace mucho como agua de Mayo. Nunca hay exceso de aglomeraciones debido a la alta cifra de escenarios y lo espacioso del evento, así que nos apostamos más o menos en decima fila, lo cual no está mal para un escenario que dará cabida a fácilmente 15.000 personas. Aparte de sus conocidas virtudes musicales descubro al artista como un gran showman y a una banda con unas encomiable intención de agradar al público.


Beck (Tara Stanhope)

No sé por qué pero tenía una idea de Beck como un tipo tímido. En el repertorio mezcla prácticamente todos los palos que maneja, lo cual no es poco. Encaja además esta variada paleta estilística perfectamente, lo cual tiene un mérito tremendo. Abre, para regocijo de los presentes con un Devil Haircut directo y a la cara, para pasar a presentar más tarde algunos temas de su reciente trabajo Morning Phase, en mi opinión un trabajo que está llamado a convertirse en uno de los discos de la década. Una pequeña obra maestra de principio a fin. Deliciosa cumbre musical Blue Moon, encima encadenada en el concierto con la misma introspección ya visitada en Lost Cause del Sea Changes. Dos canciones casi gemelas en el mensaje y estilo. El momento tétrico ofrecido por la oscuridad de Wave, también del último disco, consigue ponerme la piel de gallina y cosquillearme la espina dorsal. Y como no podía ser menos, no se salta clásicos como Loser, cerrando con un larguísimo Where Is At. Al igual que con Portishead salgo absolutamente extasiado del concierto.

Se nos presenta después la mayor disyuntiva del cartel y horarios, acudir a los siempre fiables Mogwai o repetir con Slowdive, en mi opinión uno de los mejores conciertos del pasado Primavera. Optamos por los escoceses por mayoría del grupo, pero paramos de camino un rato por The Horrors. La última vez que los vi en este mismo festival me defraudaron un poco pero en esta ocasión he de reconocer que me gustó lo que escuche, que serían 4-5 canciones. Me gustaron sus temas post-punk y esta vez sí, consiguieron recordarme a mis idolatrados Psychedelic Furs en algún momento new wave.

Y sin poder acabar el concierto nos dirigimos hacia la carpa de Mogwai. Aquí ya cometimos la osadía de ponernos en tercera fila. Y digo osadía porque hay que ser muy valientes para recibir el rugir de las guitarras a escasos 5 metros de distancia. Si no fuese porque estoy calvo hubiese jurado que sentía como se echaba el cabello hacia atrás en algún momento. Y es que un par de veces pareció que íbamos a salir despedidos hacia atrás. Los escoceses son sencillamente infalibles en directo, los he visto varias veces y no defraudan nunca. Es increíble la calidad y precisión con la que ejecutan ese post-rock y esas capas y capas de melodías y acordes de guitarras. Consiguen llegar más alto cuando ya parece que es imposible, auténticos muros sónicos que se te vienen encima como tsunamis. Stuart Braithwaite cerró el concierto con una apoteosis larguísima en la que acabo dejando colgada la guitarra dentro de una torre metálica de focos, provocando un acople de sonido en bucle que se extendió hasta el infinito. El pitido en oídos duro varios días pero el abuso se disfrutó mucho.

Una de las cosas más bonitas de estas universidades musicales que son los festivales son los contrastes. Pasamos de la bofetada en la cara en carpa a escenario intimista en el bosque al aire libre para ver a Perfume Genius, la delicadeza llevada a sus extremos más insospechados. Genial e introspectivo como siempre, repasando sus bonitas odas del Put Your Back y adelantado algo de su inminente disco. Sobrecogedora en directo Queen de su nuevo álbum, me parece potentísima, una de las canciones del año sin duda. Grid, también nueva, apunta alto para este nuevo disco. Lo espero con ganas.

Y ya para cerrar un largo día y tremendo fin de semana musical acabamos con dos peculiares bandas irlandesas en escenarios pequeños en el bosque: King Kong Company y Kormac’s Big Band. Los primeros derrochando electro-rock con una potentísima base de percusiones y una trompeta lanzando lamentos de fondo más propios de Ennio Morricone. En directo tienen una energía tremenda, la fiesta está asegurada y lo gozamos todos mucho. Los segundos son estilísticamente muy curiosos, un tipo pinchando y metiendo samplers con una especie de ritmos jazz de charleston con una sección de viento en escenario. En algunos momentos de aceleración suenan incluso a folk centro europeo gitano. Ya los conocía en disco y había oído hablar muy bien de sus conciertos, me parecieron muy originales y divertidísimos.


Máquina rara (Jamie Tanner)

En fin que no dio tiempo para más el festival, o mejor dicho nosotros no dimos para más. Porque mucho ojito a lo que se nos quedó por ver por problemas de agenda, cositas como: SBTRKT (dolorosísima perdida ya que venía con Sampha presentando su último disco), Slowdive (como ya dije antes, enormes en el Primavera), Outkast (tibia curiosidad), James Vincent McMorrow (todos necesitamos un trovador en nuestra vida), Foals (vitaminas concentradas), Wild Beasts (siempre aterciopelados), White Denim (rock americano del bueno), Sinead O’Connor (último disco volviendo a la forma), Steve Malkmus (huelgan palabras), Jungle (recién nominados al Mercury y con un electro funk de lo más divertido), Vancouver Sleep Clinic (post-rock electrónico minimalista), The Districts (americana blues desde Pensilvania), Uknown Mortal Orchestra (interesante para los que disfruten con Tame Impala), Neneh Cherry (archiconocida y dando lata a sus 50 tacos), Asgeir (nuevas experiencias musicales introspectivas desde el frio de Islandia), Rustie (su último disco rezuma electrónica de muchos kilates), Bombay Bicycle Club (no eran santos de mi devoción pero el nuevo suena bastante bien), SOAK (cantautora irlandesa de tan solo 17 años y que va a dar mucho que hablar, desgarradora por momentos), RSAG (autentico portento de la batería), London Grammar (templado interés), etc.

En resumen, un fin de semana inolvidable en muchos sentidos y a un nivel musical altísimo. Hemos descubierto, a través el cartel o en directo, varias bandas incipientes destacables como Girl Band o Benjamin Booker o Young Fathers o FKA Twigs. Las bandas legendarias o las ya consagradas no han defraudado para nada, más bien todo lo contrario, solventando sus conciertos con mucha calidad y poniendo toda la carne en el asador, nada de comparsas de visita de paseo por el festival. Y como colofón, hemos cumplido el sueño de por fin ver a Beck y Portishead, ambos sobresalientes. Ya han salido a la venta la avanzadilla con descuento para el próximo año a 150 euros y, Dios mediante, allí estaremos para otro fin de semana de emociones. Cierro con lo que digo siempre, el que no conozca este festival no sabe lo que se está perdiendo, una auténtica joya que esperamos que el capitalismo no acabe destruyendo, nosotros lo disfrutaremos mientras dure, porque conviene siempre no olvidar que nada bueno dura para siempre.