Terminan las fiestas, volvemos a la rutina, y lo hacemos con un buen recuerdo. Juvecant, este año, ha sido una más que agradable sorpresa para los que seguimos llorando la pérdida del Tanned Tin. Y es que el pequeño festival independiente que ha incluido ha sido todo un regalo de Reyes anticipado.

Además de las crónicas que hemos ido publicando, tenemos ya en la sección de fotos nuestro reportaje de los conciertos. Ahí queda, como recuerdo de una cita de la que toca ahora hacer balance.

Aspectos negativos ha tenido. Pocos, pero ha tenido. Y es que el Paraninfo no es la mejor sala para este tipo de eventos. Los bancos son incómodos, el recinto es frío (en cuanto a sonido y temperatura), y la distorsión era difícil de controlar. A todo esto hay que añadir algunos retrasos, y la mala suerte con los grupos: de seis conciertos, tres se cayeron del cartel. Afortunadamente, ahí ha dado la talla, y de qué forma, la gente de Iraultza Producciones. Solo los Solo ha sido un digno sustituto de O’Funkillo. Luque, como suplente, ha sido de lo mejorcito de Juvecant. Y el fichaje de Quique González, in extremis el día de nochevieja, fue todo un alarde de reflejos.

Aspectos positivos: muchos. Nos hemos quitado el mal sabor de boca del Tanned Tin, sin movernos de calle, y sin rascarnos el bolsillo. El nivel de los conciertos ha sido muy alto, y la respuesta de la gente ha sido muy positiva: la sala se ha llenado casi siempre. Quique González fue el que salió peor parado en asistencia, debido a lo improvisado de su inclusión en la cita, y la intempestiva hora a la que salió con su guitarra al escenario. Una lástima.

Hemos difrutado con Gary Louris, hemos alucinado junto a Nacho Vegas, nos hemos reencontrado con Sr. Chinarro, nos hemos caído en una película de cine negro con Dead Capo, Quique González nos ha hecho partícipes de sus historias cotidianas, y Solo Los Solo han puesto la guinda.

En resumen: todo un lujo. Esperemos que esta iniciativa tenga continuidad.