Batidoras con garantía de más de quince años

Pues sí, The Posies ya cumplen veinte años como grupo, el Frosting on the beater quince como disco y la Houston Party Records diez como sello discográfico. Ignoro cuantos años tiene Bandini Producciones pero espero que les quede muchos. Volvieron a traer por segunda vez a la banda americana a Cantabria, y eso siempre es de agradecer.

La cita era algo inusual. Hay que reconocer que ver a este grupo un domingo 5 de octubre, en Astillero, a las 20:30 de la tarde y sentado en las butacas de la Sala Bretón era algo que nunca hubiese imaginado. Lo que más preocupado me tenia era lo de estar sentados. Ese fue el gran inconveniente, sin embargo, gozamos de otras ventajas que como mínimo, compensaban la balanza. El sonido fue sobresaliente, parecía un dvd… la verdad que fue tremendo, se apreciaba cada sonido, se escuchaban las voces, todos los matices, cuando adormecían la canción y cuando la subían… todo encajaba en ese espacio. Así las cosas, quedó claro que Jon Auer es un guitarra excepcional, que toca con un gusto exquisito y que es la parte más cerebral del grupo. Stringfellow es el nervio, la garra, el contrapunto de Jon… ver a Stringfellow siempre es un espectáculo, siempre te da algo. Ken salió al escenario con una elegante camisa negra con corbata a juego, pantalones de pitillo rojos y unos zapatos de charol que le dieron juego durante toda la noche. El músico los hacía resbalar constantemente. Alguna vez se hacía unos pasos tipo Michael Jackson, marcha atrás de lado a lado del escenario, como si fuera por una cinta magnética. Durante el show no paró de dar saltos, maltratar la Gretsch con furia y escupir toda la rabia en cada salivazo de dragón que echó al aire. (Yo si tocara con él, no estaría muy tranquilo). Cuando estos dos mozos cantan por separado son pura gloria, pero cuando lo hacen a la vez multiplican la sensación. Son maestros de las melodías, sabios artesanos de los mejores juegos de voces… Unos genios con corazón de rock y alma pop.


La sección rítmica del disco original no es la misma a la que llevan ahora, Darius Minwalla, batería y Matt Harris, bajo, son el equivalente a día de hoy de Mick Musburger y Rick Roberts respectivamente. La contundencia y el empaque con el que suenan, hace que la música no tenga ni un hueco por donde escapar. El resultado es sólido y enérgico, la mejor retaguardia para que Jon y Ken jueguen al ataque sin preocuparse de los contragolpes.
The Posies tocaron el Frosting on the beater de principio a fin, por el mismo orden del disco. Para los bises dejaron Star a life, Throwaway, Plese return it, y Ontario. La gente no se levantó, no hubo saltos, palmas ni cánticos por parte del público, supongo que el entorno no favorecía estas cosas… eso sí, los vítores y aplausos entre canción y canción decían que la gente estaba disfrutando. Como el componente sentimental en la música es muy importante, yo cada vez que veo a este grupo, aparte de observar lo que es el espectáculo en sí, noto como se descuelgan en mi cabeza todos los momentos que he disfrutado escuchándoles, las diferentes situaciones en las que ha estado su música presente en mi vida. El recorrido sonoro de mi juventud, cuando nos reuníamos en el local los amigos, alrededor de unas cervezas y acabábamos como niños de parque infantil saltando por todos los rincones o abrazados como si fuera el último día de nuestras vidas al compás de esas canciones que han sido la banda sonora que vio sellar nuestra amistad. ¡Uffhhh!. Reconozco que me estoy poniendo un poco ñoño, pero para mi los Posies significan todo eso, mucho más que música… sin duda.

El hecho de tocar el disco del aniversario entero, me dio la oportunidad de escuchar además de los clásicos de siempre, composiciones que he directo eran inéditas para mí. Sinceramente, no ha pasado el tiempo por el disco, o por ellos… no se, ha sonado todo como si acabaran de grabar el cd y fuera la gira de presentación. Pues el disco es del 93.
Entraron demoledores con Dream All Day, Solar Sister es la canción pop perfecta, adictiva y pegadiza al cien por cien, el clasicazo Flavor Of The Month y ese punteo tan reconocible de Jon, con Love Letter Boxes se retuerce mi estómago, cuando la guitarra distorsiona me dan ganas de llorar, tengo el nudo en la garganta, subidas y bajadas como una montaña rusa… estoy metido de lleno, Definite Door empieza con el suspense del salto mortal en los circos, ese redoble da paso al grupo al completo dándolo todo, en mi cabeza un pogo imaginario, habrá que hacerlo hacia dentro. Siguen con Burn And Shine, seguramente mi tema favorito. El final abismal, da vértigo asomarse pero una fuerza misteriosa te lleva de la mano de la canción, directo al precipicio. Earlier Than Expected… como si despertáramos de un sueño, el tono de Ken es muy emotivo la canción se mece suavemente na, nana, nana, naaaaa…. ¡que bonito!. 20 Questions y esa tristeza que desprende a su paso, When Mute Tongues Can Speak y su estribillo sinuoso, casi saltarín si no fuera por el tono drámatico que la tiñe, parece que se te va escapando la vida según la escuchas, es una agonía, da la sensación que durante toda la canción vas persiguiendo algo que nunca alcanzas. Se te va como arena de las manos, es curioso ver como se acelera buscando su propia fuga. Con Lights Out se impone un ritmo totalmente trasgresor, machacón como un desfile militar, repiqueteo de tambores y guitarras ensordecedoras, tras unas cuantas vueltas y una buena distorsión zumbándote los oídos, la canción muere de repente. How She Lied by Living bastante descorazonadora también, las guitarras se quejan, avisan de que va a venir algo muy oscuro. Los timbales golpean como los latidos de corazón, ya estoy en carne viva. Con Coming Right Along se quedan solos Jon a la guitarra y Ken al teclado no hacen falta más adornos, J. Auer hace de Hendrix, las voces enganchan como los trapecistas en pleno vuelo, el aire se puede cortar con esa maravilla. No respira ni Dios, vaya silencio, vaya tensión, es el final del disco… me vuelvo a quitar el sombrero una vez más. Solo espero que el año que viene nos vuelvan a visitar para celebrar el aniversario del Amazing disgrace.

Fotos: Roberto Ortiz

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