Así vivimos el Bilbao BBK Live 2012

The Cure, Bilbao BBK Live 2012 - Foto: Musicsnapper & Tom Hagen

Aquí va nuestra crónica de lo que vimos este pasado fin de semana en el recinto de Kobetamendi.

JUEVES 12
Comenzamos la aventura del BBK Live de este año. El objetivo era llegar al primer concierto a las 6 de la tarde de The Gift, pero con media hora de espera para coger un autobús hasta Kobetamendi, y la posterior caminata hasta el recinto, no pudo ser. Tras recoger la acreditación y entrar en el festival, llegamos a tiempo para meternos en el concierto de Lori Meyers, en el escenario 2. En concreto, aparecemos en medio de sus Luces de Neón, con bastante gente ya bailando y coreando el estribillo. Los granadinos siguen desde ahí su concierto a base de temazos, continuando con Alta Fidelidad (también de Cronolánea) y Noni ya descamisado dándolo todo. Vuelven a utilizar la receta de llevar doble batería (o batería más percusión, según el caso), algo que siempre multiplica la energía que parecen desprender sobre el escenario. La recta la final la encaran con temas de Cuando el destino nos alcance: Religión, y A-Ha han vuelto, que fusionan con Mi Realidad para cerrar. Imagino que en el próximo festival de Santander nos encontraremos con una propuesta parecida por su parte.

Pasamos al escenario grande, que los británicos Band of Skulls intentan llenar con su propuesta de bajo, guitarra y batería y sin juego de luces que compita con el sol reinante. Tarea difícil. Su sonido contundente (suavizado con las voces de la bajista Emma Richardson) no acababa de enganchar a un público que estaba más en proceso de llenar el recinto, investigarlo y proveerse de tickets y bebida que de meterse en el concierto.

Visto lo anterior, decidimos acercarnos a una propuesta más íntima, la de Ben Howard en el escenario 3 (situado justo en la entrada del festival). Comenzó con un retraso de 20 minutos, debido a los problemas de sonido que tuvo el anterior grupo, Belako, y que se acumularía en todos los conciertos de este escenario a lo largo de la noche. Howard es británico, pero podría venir de California. De hecho, muchos entre el público parecían venir de allí: americanos guapísimos y rubísimos, ellos y ellas. Con el bajo saturando un poco el sonido, su concierto fue lo esperado: amable, cuidado (incluyendo a una chelista entre los músicos) y muy agradable para esas horas de la tarde.

Ben Howard, Bilbao BBK Live 2012 - Foto: Musicsnapper & Tom Hagen

El retraso y el tiempo apremiaban, así que dejamos a Ben Howard para investigar el resto de escenarios. En el escenario 2 ya estaban tocando The Maccabees, que no me terminaron de convencer. No sé si se trataba del sonido, que no parecía del todo conseguido, o de los 3 temas que me quedé por allí, pero no me metieron en el concierto. No sé si remontarían después, pero yo tenía otro objetivo: acercarme a la carpa Vodafone (el cuarto escenario de este año) al concierto de La Habitación Roja.

La carpa de Vodafone estaba a rebosar (literalmente) cuando llegué. Además, se encontraba ligeramente elevada sobre el suelo, por lo que para poder ver algo desde fuera había que echarse hacia atrás. Y entonces el sonido de The Maccabees no quedaba del todo amortiguado. Son los problemas de añadir escenarios y simultanear conciertos.

Los valencianos comenzaron con El resplandor, Siberia e Indestructibles (tres de los temas que abre su última publicación), y con un sonido mejorable (no sé si en el barullo del interior de la carpa mejoraría) soltaron un repertorio de grandes éxitos y estribillos: La segunda oportunidad, Van a por nosotros, La edad de oro, El eje del mal, Voy a hacerte recordar… para cerrar con otro tema de su último trabajo (tras un amago de Boys Don’t Cry): Ayer, que se solapó y quedó ahogado al final por el comienzo del concierto de Snow Patrol en el escenario principal.

Snow Patrol es uno de sus grupos que siempre recuerdo por algún estribillo pegadizo, pero poco más. En directo me confirmaron esa impresión: no son para mí, y con toda su contundencia y guitarreo me terminan subiendo al azúcar. Su sonido fue apabullante, y el montaje que llevaban en las pantallas tenía buena pinta. Abrieron con uno de sus hits, Hands Open, y luego continuaron con Crack The Shutter… momento en el que me fui alejando poco a poco mientras pensaba que Jon Spencer en el Escenario 3 tenía que merecer más la pena. Y lo hizo, aunque hubo que esperar, debido a los retrasos en esa esquina del festival.

Jon Spencer Blues Explosion fue eso: una explosión brutal, una orgía de guitarreo y distorsión que no dejaba un segundo al descanso. Una propuesta más austera, pero mucho más visceral y real, en mi opinión, que lo que se estaba viendo en el escenario grande.

Se acercaba la hora marcada, las 11:15 de la noche, y decidí ir acercándome al escenario principal, donde debería empezar el plato fuerte de la noche: The Cure. Pasó la hora, y allí lo único que se movía eran los anuncios de los patrocinadores en la pantalla. Pasó un cuarto de hora, 20 minutos, media hora… y finalmente desde la organización avisaron de que había problemas técnicos (con los teclados, parece ser) y tendríamos que esperar algunos minutos más. El descontento se notó en el ambiente, pero hubo alguien que supo calmar a las miles de personas (casi 37,000 según la organización) que esperaban. Y ese alguien fue el mismísimo Robert Smith, que primero salió a repetir el aviso de los problemas técnicos, y después se plantó en el escenario guitarra en mano, interprentando algunos temás en acústico y en solitario. Cayeron Three Imaginary Boys, Fire in Cairo y Boy Don’t Cry. Así las esperas se hacen más amenas. Se despidió diciendo que iba a por el resto de la banda. Que por algo era un concierto de The Cure, y no de Robert Smith.

The Cure, Bilbao BBK Live 2012 - Foto: Musicsnapper & Tom Hagen

Hubo que esperar algo más, en total fue una hora sobre el horario previsto, pero por fin comenzó el concierto, y lo hizo con Open, del álbum Wish. Sobre el escenario, con la banda, también el guitarrista Reeves Gabrels (anteriormente ha tocado con Bowie, entre otros). A partir de ahí el concierto estuvo balaceándose entre los temas menos obvios, ambientales y sin prisa en el minutero (Edge of the deep green sea, por ejemplo), y los grandes éxitos que provocaban los baileoteos y/o coros del personal, de manera inmediata (Lullaby, Lovesong, Pictures of you…)

Cuando parecía que ya estaba todo más o menos terminado, salieron a los bises con One hundred years y The end, que parecía cerrar el concierto dejando temas en el tintero (inevitable, con su discografía). Volvieron nuevamente, para interpretar The same deep water as you. Y se marcharon nuevamente…. ¿de manera definitiva? No. Volvieron a salir. Y desataron la locura cuando parte del público ya estaba marchándose o acercándose a alguno de los otros escenarios. Dressing Up, Lovecats, The Blood, Just One Kiss, Let’s go to bed, Friday I’m in love, Doing The Unstuck, Close to me, Why can’t I be you y Boys don’t cry cerraron un concierto de tres horas que dejó a todo el mundo exhausto y satisfecho a partes iguales.

Después de tal descarga, y con las piernas notando la hora de espera y el posterior concierto maratoniano, sólo tuve fuerzas para ver un par de temas de Bloc Party… que parece que solaparon su inicio con los bises de The Cure, muy mal. Vi que siguen en forma (enérgicos como siempre, sin novedad discográfica publicada y con un Kele Okereke provocando al público para seguir la fiesta) antes de enfilar la salida, pasando por delante de una sesión de James Murphy con bastante menos público del que esperaba: la mayoría nos dirigíamos como zombis a la salida y a los autobuses… aunque la organización avisaba de que estaban tan saturados que había cola para una hora. Opté por el camino alternativo de las escaleras y la vuelta a Bilbao andando….

VIERNES 13
Comenzamos la seguna jornada del festival con una cola espeluznante para coger el autobús al recinto: rodeaba toda la manzana… y vuelta. Sin embargo, el despliegue de autobuses fue tal, que en apenas un cuarto de hora ya estaba de camino. Bravo por la organización en ese sentido.

Al llegar a Kobetamendi pude escuchar los últimos temas del cuarteto femenino Warpaint en el escenario 3. Sonaban muy, muy bien. Cerraron su concierto con Elephants, de su álbum de 2009 Exquisite Corpses. Un grupo a seguir la pista…

De Noah & The Whale solo llegué a escuchar los últimos acordes de su directo. Una pena, porque me comentaron que estuvieron muy bien.

Noah & The Whale, Bilbao BBK Live 2012 - Foto: Musicsnapper & Tom Hagen

Tras ellos, llegaba uno de los platos fuertes del día: Mumford & Sons en el escenario principal, banda con suficiente reclamo como para congregar a miles de personas ya a las 8 de la tarde, un adelanto de la avalancha de gente que entraba sin cesar al recinto del festival. Comenzaron con Lover’s Eyes (un adelanto de su próximo disco, Babel, que aparecerá en Septiembre) y desde el primer momento se ganaron a la audiencia: un montaje interesante sobre el escenario, variedad de sonidos e instrumentos (violín, banjo, contrabajo…) de los que en ocasiones se perdían los matices, pero en general buen sonido y buena puesta en escena. Supieron jugar con los pasajes más tranquilos y sus himnos más cantarines para crear bonitos crescendos (con Little Lion Man, por ejemplo) y sólo hacia el final de su concierto alguna de sus bajadas de revoluciones lastró un poco el ritmo… Cerraron a lo grande con The Cave, dejando muy buen sabor de boca.

Terminó su concierto, y apenas podíamos movernos. La aglomeración de gente comenzaba a ser patente y molesta. Medio por voluntad propia, medio empujado por la corriente, llegué a los dominios del escenario 2, donde The Kooks soltaron su repertorio de estribillos, hits y canciones de anuncios. Un concierto divertido, pero que entre el barullo de gente y la distancia (acercarse al escenario parecía poco apetecible) me pasó un poco desapercibido.

The Kooks, Bilbao BBK Live 2012 - Foto: Musicsnapper & Tom Hagen

Tras aprovechar el momento de pasar por la zona de comida antes de que se volviese imposible, regresamos al escenario principal donde Four Tet iba a calentar el ambiente antes de Radiohead. La sesión que se marcó Kieran Hebden pasó sin pena ni gloria por delante de las miles de personas que hacían tiempo antes del siguiente concierto. Su propuesta electrónica estaba un poco fuera de lugar a esas horas, antes del cabeza de cartel, y tan sólo sirvió para amenizar la espera ante la pasividad de la gran mayoría. Una hora más tardía le habría venido mejor, sin duda.

Y llegó por fin, puntual esta vez, el momento que todo el mundo esperaba. Radiohead comenzó su directo con Bloom (el tema que abre su último disco, The King of Limbs). Múltiples pantallas sobre el escenario junto con las dos pantallas laterales (divididas a su vez en seis segmentos de vídeo) mostraban imágenes esquivas de cada uno de los músicos, aderezadas con efectos y colores varios. Muy bonito, muy cuidado, muy Radiohead… pero poco efectivo para seguir los detalles del concierto en la distancia, eso sí.

Su directo duró una hora y tres cuartos, y repasaron sobre todo sus últimos trabajos discográficos, en especial The King of Limbs y el In Rainbows. De Hail to the thief sonaron Myxomatosis, The Gloaming, There There; otras tantas fueron rescatadas de Kid A (Idioteque, Kid A, Everything in its right place, ésta última tras una introducción de Neil Young: After the gold rush) y de Amnesiac sonaron Pyramid Song y I might be wrong. Por último, de OK Computer tocaron Karma Police (casi al final) y Paranoid Android (como último bis y cierre del concierto). En medio hubo tiempo para mencionar la situación de nuestro país («recortes, no hay dinero, hay que salir a tomar las calles«). La lluvia apareció, pero se contuvo y no causó mayores problemas.

Radiohead, Bilbao BBK Live 2012 - Foto: Musicsnapper & Tom Hagen

Personalmente me gustó su concierto. Mucho. También es cierto que por un lado era la primera vez que los veía, y por otro sabía más o menos lo que me iba a encontrar. El problema es que gran parte de los 40,000 asistentes creo que iban a escuchar el OK Computer, o incluso a cantar Creep. Y claro, no. Se encontraron con un directo con aristas por todos los lados. ¿Cómo se lo tomaron? Pasando de la música y hablando en corros. Me da la impresión de que mucha gente fue (y pagó) para poder contar que había estado en un concierto de Radiohead, pero en realidad no les gusta su música, al menos la actual. Y los de Thom Yorke no son de los que se recrean en sus momentos comerciales, ni mucho menos.

Eso sí, solucionarlo fue sencillo: la ausencia de estribillos coreables se suplió con el arranque del concierto de Vetusta Morla, cuyas influencias del Radiohead más comercial son innegables. Y lo hacen bien: en el escenario 2 sonaron fantásticos, y al instante todo el mundo estaba cantando sus canciones (a pesar de que comenzaba a llover algo más). También influyó el hecho de que las ¿cuatro? ¿cinco? primeras fueron de su debut, que tenemos todos grabado a fuego en la memoria ya. Como dentro de poco les tendremos por Santander, y no estaban aportando nada nuevo, cambiamos de tercio para ver algo de Triángulo de Amor Bizarro… que fue más bien poco: siempre van a cuchillo, y sólo alcanzamos a escuchar sus dos últimas canciones, sin un segundo de pausa entre ellas. Una pena no haber llegado antes, porque lo estaban dando todo. Por lo que parece se unieron a la anécdota de lanzar un mensaje sobre la situación del país, pero se enredaron un poco por el camino.

De vuelta al escenario 2, Vetusta Morla estaban ya con un tema nuevo, pero uno que no me convence demasiado (Maldita dulzura), así que decidí ir dando por terminada la jornada. De camino a la salida, en el escenario 3 Étienne de Crécy lo estaba dando todo en su sesión, y la zona era una pista de baile con un poco de todo. Más ambiente que el día anterior con James Murphy, me pareció ver.

Con algo de cola para coger el autobús de vuelta (una media hora, comentaban) el regreso a casa fue de nuevo escaleras y paseo mediante. Menos mal que al menos a partir del viernes ya funcionaba el metro durante toda la noche.

SÁBADO 14
Comenzamos la jornada intuyendo que la asistencia va a ser significativamente inferior a la del día anterior: no había cola para coger el autobús en la parada de San Mamés. Tras la subida al recinto, como siempre, nos encontramos con el escenario 3, donde The Inspector Cluzo (dúo francés de batería y voz) juanto a The FB’s Horns (saxo y trompeta) estaban ofreciendo un directo bastante… inclasificable. Como a Eli «Paperboy» Reed (en ese momento en el escenario 2) ya lo he visto varias veces, me quedé intentando entender a estos franceses de Las Landas, capaces de subir a una chica del público a bailar sobre el escenario, y de mezclar versiones soul de Curtis Mayfield (Move on up) con temas de rock y distorsión saturada. Lo dicho: inclasificables.

Tras ellos fue el turno de The View en el escenario principal. Los escoceses se marcaron un concierto con sonido embarullado, sucio, y unas voces bastante mejorables. Comenzaron con AB (We Need Treatment) de su recién estrenado último disco, del que sólo tocaron otros dos temas más, repartiendo el resto del setlist entre su anterior discografía (con algo más de peso en su debut, del que tocaron cuatro temas, incluyendo un Same Jeans bastante coreado), cerrando con Grace (de Bread and Circuses, 2011). Una pena que se quedase en el tintero algún tema, como Double Yellow Lines, por ejemplo… pero en general un concierto equilibrado en repertorio, sucio en sonido, y con una afluencia de público modesta visto los días anteriores. Estaba claro que el sábado la gente se reservaba para los cabezas de cartel.

The View, Bilbao BBK Live 2012 - Foto: Musicsnapper & Tom Hagen

Los también escoceses Glasvegas, en el escenario 2 me resultaron bastante aburridos. A las pocas canciones aquello no avanzaba, en directo las canciones caían sin mucho tirón, y sobre el escenario había más pose que otra cosa (como su batería tocando de pie, por ejemplo). Comenzaron el primer tema de su debut, Flowers & Football Tops, pero no me acabaron de enganchar. Cosas mías, posiblemente, hay gente a la que le ha encantado.

En ese momento estaban tocando Supersubmarina en la carpa Vodafone, pero después de sufrirles dos conciertos con sonido infame en Santander ni me acerqué. No son mi rollo, y no tenía ganas de pelearme con su legión de fans. En el escenario 3 sonaban también The Big Pink, que estaban montando una buena a base de batería, voz, teclados y bases grabadas. Sonaban muy enérgicos, aunque no lograban retener a la gente que iba entrando con Keane ya en mente.

Y es que los británicos Keane protagonizaban uno de los conciertos más llamativos del sábado, compartiendo la cabeza del cartel con Garbage. He de reconocer que en general su sucesión de medios tiempos me acaba saturando un poco, pero su directo fue brillante. La puesta en escena fue la que ya les había visto en anteriores giras: batería, bajo, teclados y su cantante centrando la atención, en ocasiones con un segundo teclado enfrentado al primero. Comenzaron con el primer tema de su reciente Strangeland: You are young, y se ganaron al público desde el primer momento. Eso sí, saben que la mayoría de sus éxitos vienen de su primer disco, y así los anunciaban («ahora viene otro hit, ayudadnos a cantarlo«). Fueron los más coreados: We might as well be strangers, Everybody’s changing, This is the last time

Keane, Bilbao BBK Live 2012 - Foto: Musicsnapper & Tom Hagen

Me gustó también como sóno Bedshaped (tengo debilidad por esa canción, arriesgada para el directo). Tras ella, tocaron Sovereign Light Café y cerraron con Crystal Ball, dejando muy buen sabor de boca.

Los argentinos Onda Vaga salieron al escenario de la carpa Vodafone con una formación de lo más variada (cajón flamenco, guitarra criolla, cuatro venezolano, trompeta…), al igual que su estilo (se definen como rumba-cumbia-reggae-folk-rock-tango alegre). Fueron teloneros de Manu Chao, y creo que es una de las mejores formas de encajarlos. Divertidos para escuchar de fondo en la distancia, sin más. Lo tuve de fondo mientras me paseaba por la zona de mercadillo…

Poco a poco me fui acercando de nuevo al escenario principal para esperar al segunda cabeza de cartel de la noche, el regreso de Garbage. Puntuales, comenzaron (tras una introducción grabada) con el tema que abre su disco de esta año: Automatic Systematic Habit. Potentes (sobre todo la base rítmica, que se comía las guitarra y las voces en ocasiones) y con una Shirley Manson en buena forma, en su línea, la que separa lo sexy de lo macarra. Pero con corazoncito, también: agradeció a una chica (que localizó en las primeras filas) el detalle de haberse acercado a su hotel a regalarle un vestido.

Garbage, Bilbao BBK Live 2012 - Foto: Musicsnapper & Tom Hagen

Con el segundo tema ya demostraron por dónde iban a ir los tiros: I think I’m paranoid fue el primero de sus muchos éxitos pasados que sacaron a relucir. Queer y Stupid Girl se sumaron a la lista antes de que problemas técnicos con los monitores forzasen un pequeño parón (Shirley probó canturreando el estribillo de You look so fine) antes de continuar con Why do you love me y Cherry Lips (de sus discos de 2005 y 2001, respectivamente). Tras una vuelta a los clásicos de sus dos primeros discos con Special, dedicaron Big Bright World a los problemas en España, problemas que están viendo en todos los países donde están tocando en los últimos meses. Concluyó Shirley el discurso diciendo algo así como que al menos estamos vivos, tenemos amor, buen vino y comida. Y eso.

Del nuevo disco también sonó el hit inmediato Blood for poppies, pero dejaron para el final otro de sus temas históricos: Push it, portagonista de la anécdota del concierto: a mitad de canción, el sonido se fue totalmente. Cero. Sólo se escuchaba de lejos el barullo de la batería, mientras la banda -ajena al problema- seguía con la canción en lo que desde fuera parecía un ejercicio de mímica. Volvió el sonido a tiempo para terminar la canción (no llegaron a parar en ningún momento), y se despidieron ante el desconcierto y la pitada del personal.

Salieron para unos bises («¿hemos tenido unos problemas técnicos, ¿no? Shit happens. Pero tampoco es el fin del mundo, ¿no?»). Con dos bises lo dejaron hecho (Vow y la esperada Only happy when it rains, un poco deslavada…) y terminaron tras poco más de hora y cuarto de concierto. Un poco escasos, quizás. Bien por el repaso a los grandes éxitos (a eso íbamos), mal por los fallos en el sonido y la duración. Una de cal y otra de arena.

Después de tres jornadas de festival ya quedaban muy pocas fuerzas, las justas para pasarse brevemente por el resto de escenarios: en la carpa Vodafone los locales Lauroba sonaban bastante frescos… en el escenario 2 Sum 41 comenzaron su concierto con contundencia (me dio la impresión varias veces de que ese escenario sonaba mejor que el principal) y una buena fiesta montada en las primeras filas. En el escenario 3, enfilando la salida, estaban Jonquil, una de las últimas incorporaciones al cartel por caída de Black Belles. Acostumbrado a escuchar electrónica a esas horas en ese escenario, me sorprendió su sonido pausado, muy elegante, con trompeta incluida… ¿quizás demasiado tranquilos para esas horas? Puede, pero en cualquier caso muy bonito…

Y así acabó nuestra visita al festival, con vuelta a casa en autobús aprovechando que no había colas… ¿Valoración? Bastante positiva, aunque con matices. Los cabezas de cartel han cumplido con creces, cada día con distinto enfoque: Keane y Garbage han tirado de éxitos coreables, Radiohead ha pasado de todo el mundo y ha hecho el concierto que les apetecía a ellos, y The Cure han decidido que había tiempo para todo y para todos en un repertorio de tres horas. La organización del festival ha estado a la altura, flojeando sólo en el transporte del jueves. Pero dada la masificación de gente, sobre todo el viernes, no ha habido problemas de colas ni agobios en barras, puestos de comida, servicios, etc. ¿Cuál ha sido el problema entonces? Fácil: el BBK Live en el recinto de Kobetamendi corre el riesgo de morir de éxito. Con afluencias cercanas a las 40,000 personas, por mucha gente que se meta en barras, por muchas casetas de baños y urinarios que se monten, el principal inconveniente es el espacio: no hay sitio para moverse y uno se ve arrastrado por la masa, especialmente en la confluencia de la entrada/escenario 3, escenario 2 y escenario principal. Y mala solución tiene la cosa. Esa sensación de agobio de gente es la única nota negativa, junto a los problemas técnicos del escenario principal (imperdonables, jueves y sábado con los cabezas de cartel) que se pueden achacar a una edición muy completa, que ni siquiera la lluvia se atrevió a deslucir.

Fotografías: Musicsnapper & Tom Hagen (por cortesía de Last Tour International)

3 comentarios sobre “Así vivimos el Bilbao BBK Live 2012”

  1. Gran crónica Roberto!
    Lástima de fotos 😉
    Un placer haber podido charlar un rato contigo. A ver si coincidimos de nuevo pronto y esta vez con la cámara en la mano…

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