Acordándonos del Tanned Tin

Hace años que nos arrancaron de Santander, un festival tan nuestro como la calle que lo da nombre. No se que problemas hubo, me han dicho algo pero prefiero no seguir pensando en ello… Es muy triste pensar que algo que funcionaba bien y tenía cierta reputación, nos dejara huérfanos de repente. Castellón apadrinó el festival, y supongo que por allá lo estén disfrutando. Aprovechando la nueva edición, el sello Acuarela ha puesto en gira a alguna de sus bandas. Así pues, el pasado jueves 6 de noviembre The Strugglers pisaban la sala Picos de Liérganes, nada que ver con el Teatro CASYC, pero un lugar ideal para disfrutar de música en directo.

La escasa entrada días antes en Gijón, creo que unas seis personas, no aventuraba nada bueno. Afortunadamente aquí estaríamos por medio centenar más o menos. Supongo que para el grupo fuera todo un alivio. Intuyo también que estar rodeados de madera y piedra, en un sitio tan especial, les hiciera sentirse más cómodos si cabe. Allí, en La Picos no hay barreras, es mucho más fácil lograr la comunicación, captar la conexión, conocer el mensaje.

The Strugglers hicieron un sencillo y efectivo ejercicio de música introspectiva, un agradable remanso sonoro, un lacónico paseo por canciones que no necesitan de demasiado ruido para provocar una respuesta en el oyente. El pasear cadencioso y desgastado en la voz de Randy Bickfor, ese lenguaje tan personal ya genera un estado de alerta. Pueden recordar a unos Red House Painters. No cargan las tintas en guitarrazos espectaculares ni ritmos machacones ni nada similar. La estampa tan calma resulta engañosa, la aparente tranquilidad se puede quebrar con unas finas líneas dibujadas por las seis cuerdas de Eric Haugen. Punteos que hacen que canciones como The latest right sean temas únicos, al margen, con una potencia endógena descomunal. Tocar casi sin tocar, pellizcos de suavidad, música que se vuelca encima nuestro, sin distancias, a la altura casi de la vista, con el peso de una pluma pero la intensidad de una estampida de miles de caballos. El folk y country más crepuscular, el slide saca en cada nota, brillos como pequeñas luces que se encienden en la oscuridad… De vez en cuando, se dejan llevar por coordenadas más clásicas, sonidos más cercanos al rock convencional. Se agradece la incursión y más en un sitio dónde estamos ya acostumbrados a verlo.

En esos paisajes escarpados es mejor ir poco a poco. La música se cocina a fuego lento, pero al final te acaba derribando igual. Sobre el escenario no había violines, ni pianos, ni trompetas, ni todos los arreglos de los que dispone su último trabajo “The latest rights”. Aún así, con la formación típica de dos guitarras, bajo y batería, la cosa funcionó. El cuarteto estaba bien equilibrado, funcionaban con la precisión del reloj de arena. En canciones como Jonathan o My show reflection se ven reflejadas todas las virtudes del grupo. Todo lo que pueden dar durante una hora, repartido en un par de cortes de largo minutaje. Al final y con los bises, incluso se animaron con Dreams, versión de Fleetwood Mac. El miércoles 19 tendremos a Swell y a Tara Jane O´Neil en el mismo lugar, sala Picos de lIérganes (21:45 h.). Veremos si sigue la racha.

7 comentarios sobre “Acordándonos del Tanned Tin”

  1. También versionearon a Dylan ‘The man in me’, la canción que sale en ‘El gran Lebowski’. Fue el momento en que dejaron solo al vocalista….
    Y hubo una que a mi me sonaba un montón a la de Garbage ‘only happy when it rains’. Yo diría que era esa.

    SAludos

  2. si que es cierto lo de Dylan, si.

    Esa que dices debe de se la de Dreams de Fleetwood Mac, que dice «Thunder only happens when it´s raining?

    Alguien más ha escuchado el disco???

  3. Diosss es verdad es la de Fleetwood Mac (la estoy escuchando ahora)… esas mezclas de inglés..

    Gracias Robreto

  4. si, de hecho estuve hablando con el cantante de ello y me miro bastante raro. JOJOJJO Para el era algo lejanisimo…

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