¡¡The Fucking Posies!!

Cuando The Posies se disponían a emprender viaje de Santoña a Tarragona, Jon Auer se percató que en la furgoneta faltaba una guitarra, habían recogido todo bien la noche anterior pero no tenían uno de sus instrumentos de trabajo. Eran las 10:00 de la mañana, salieron hacia la Tropicana sabiendo que estaría cerrada, además la carretera estaba cortada al paso, había mercado. Jon se acercó al bar que hace esquina en la sala, donde le devolvieron su precioso tesoro. La guitarra había pasado la noche a las puertas del local y nadie se la llevó. Como dice Ken, son las ventajas de los sitios pequeños.

Horas antes los Posies visitaban por primera vez Cantabria y daban un concierto histórico para la villa marinera .
La noche empezó con los Amigos Imaginarios. A las 22:00 horas justas empezaban a desgranar canciones de su nuevísimo álbum El Maestro de Houdini. Comenzaron sin apenas público, lo normal es que haya un ligero retraso y cuando el horario se cumple coges al personal todavía llegando o en el bar. El sonido era más que digno, en las últimas actuaciones no había estado a la altura y era uno de los grandes miedos.

La banda metió mano a los temas más movidos del disco, luego al escucharlo, se ven más cosas. Es lo que hay, en media hora larga hay que ir al grano. El estribillo de Lobos e insectos vuela en mi cabeza desde aquella noche, es muy difícil sacudirse de algo tan fresco. Esto se puede aplicar a Chistes raros o Disco del mes, ahora bien… La canción que da nombre al disco juega en otra liga. El maestro de Houdini y ese poso tan amargo, tan hondo… Cuando el tema rompe tiene tanta fuerza que todo lo demás queda en un segundo plano. Entra como un chorro, imposible no calarse.
Cuidadín con la plantilla. Jesús, el bajista que parece tocar sin trastes, Ester, un ángel del que se han enamorado mis oidos, Sebastián, un batería vitamínico, y Santi Campos, autor de las historias y un músico de talento demostrado pero no reconocido. Charly Bautista no viajó, pero Germán, que ocupó los teclados hizo que nadie se diera cuenta, y eso es tan difícil como que un árbitro pase desapercibido.

The Posies hicieron lo que saben hacer mejor que nadie. Tienen todo lo que me gusta en un grupo. Predominio del sonido de guitarras, contundencia, pasión, actitud, voces privilegiadas y mucho sentimiento. En directo lo ponen todo y lo administran de la mejor manera posible. Sus canciones me han acompañado en buena parte del recorrido de mi vida y cuando las escucho siento algo muy especial. Es como si fuera parte de mi tejido, hay una conexión siamesa que funciona de manera inmediata, espontánea. Brota desde muy dentro, es algo orgánico, visceral, no se como explicarlo con palabras. Solo hay dos o tres grupos que me encienden así.

Throwaway y esas guitarras distorsionadas que se cuelan en lo más profundo, la potencia de Dream all day, la felicidad que desprende Conversations, el pop delicado de That don’t fly, la pegadiza Solar sister (cantada a pie de público), la desgarradora Precious moments (esta canción es capaz de hacerme llorar), World y ese estribillo tan maravilloso “you are the world, you are the world, you’re the only world”… podría seguir hasta el infinito, el ramillete de temazos es interminable.

El concierto fue corto para ser un concierto de los Posies pero duró una hora y cuarto que es lo que tocan la mayoría de los grupos que vienen a salas. La verdad es que el itinerario de su gira española parece hecho por el enemigo, Barcelona, Santoña, Tarragona, Logroño, Granada, Madrid y Bilbao en el orden que he puesto y de seguido, sin ningún día de descanso. A esto hay que sumar que Darius (batería) venía arrastrando gripe. Después de saber estas cosas parece más increíble ver lo que vimos.

Acabaron como es tradición ya con Burn & Shine (mi tema favorito) “your mother says, your father says he does no want to tell yo (as if he didn’t know you)”. Tengo ese estribillo clavado a fuego desde mi juventud, los coros van juntos al abismo y llevan al público con ellos. No importa ser devorado por ese torbellino, perderse en un mundo extraño, más doliente pero infinitamente más hermoso. Desbarrada general y Jon que acaba rompiendo todas las cuerdas de su Epiphone.
Conciertazo de los que quitan el hipo una vez más. Este grupo estará en mi corazón para toda la vida

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