Notas al pie de Joe Sacco (I)

Joe Sacco

La primavera pasada se publicó en España Notas al pie de Gaza (Reservoir Books/Mondadori, 2010), la extraordinaria última entrega de Joe Sacco. A estas alturas del año ponerse a escribir una reseña sobre este tomo quedaría algo pasado de fecha, pero sí que puede ser un buen momento para repasar lo que se ha publicado en nuestro país de Sacco; un autor que tras un cuarto de siglo de actividad sin merece ser considerado como uno de los grandes del comic actual.

Hay dos ideas que pueden resultar muy útiles a la hora de de entender los comics de Joe Sacco (Malta, 1960). Por un lado, que Sacco es periodista. Desde que se licenció en 1981 ha cubierto información de todo tipo y ha viajado por todo el mundo, con lo que le ha tocado estar en el sitio adecuado y en el momento justo. Dado que sus obras más conocidas son relatos autobiográficos de su labor periodística, entendemos que su profesión le ha proporcionado materia prima para nutrir sus obras en forma de experiencias personales. Pero el rigor y la minuciosidad de sus relatos apuntan a que la influencia del periodismo es más profunda de lo que pueda parecer.
Por otro lado, Joe Sacco viene del underground. A mediados de los años ochenta Sacco entró a formar parte de las filas de Fantagraphics, editorial que se ha erigido como gran referente del comic alternativo norteamericano de las últimas décadas, y estas cosas imprimen carácter. Su dibujo, aunque preciso y minucioso hasta la saturación, no deja de recordarnos al tono caricaturesco de Robert Crumb (de hecho, a modo de anéctoda, se puede reseñar que tanto Sacco como Crumb ilustraron páginas de American Splendor, el célebre comic del difunto Harvey Peckar, aunque con varios lustros de distancia). Los orígenes underground de Sacco también se evidencian en el compromiso social, la honestidad y la búsqueda de la coherencia ética en la forma de contar sus historias.

American Splendor

Testimonio en zonas de conflicto. Relatos periodísticos.

La vertiente de los comics de Joe Sacco que goza de mayor popularidad es la del comicperiodismo de guerra. Como apuntábamos más arriba, su trabajo como periodista le ha permitido conocer de primera mano algunos de los puntos calientes del planeta, y a partir de ahí se ha dedicado a dejar testimonio gráfico de ese horror. El caso es que sus retratos están cargados de una fuerza que no se encuentra en demasiados autores de tebeos. El rigor en la disección del conflicto, el análisis de sus causas y sus consecuencias y el repaso de los actores que en él participan hacen de ellos unos excelentes relatos periodísticos. Pero, por otro lado, el tono caricaturesco del dibujo de Sacco posee una capacidad expresiva que llega a alcanzar cotas terribles, con lo que los retratos de los rostros de los protagonistas de la historia o las panorámicas de los escenarios devastados ejercen un efecto demoledor sobre el lector.
Pero tampoco podemos olvidar el dominio del ritmo o de la tensión narrativa. Sacco esquiva la narración lineal; los flashbacks, los saltos temporales o los incisos para introducir anécdotas o reflexiones están a la orden del día. La propia forma de estructurar la página o de ordenar las viñetas huye de la rigidez; Sacco recurre continuamente a grandes planos panorámicos, a la yuxtaposición de imágenes sin marco, a viñetas torcidas u ordenadas de forma aparentemente atropellada…

Como ya apunté antes, también impresiona la honestidad de Sacco como narrador: constantemente y de forma explícita cuestiona la validez de lo que está contando, tanto desde un punto de vista profesional como desde un punto de vista ético. Así, consigue que el lector sea consciente de las contradicciones entre las versiones que distintos testigos pueden dar de un mismo hecho; de que el terror, el interés por resaltar u omitir datos o la fragilidad de la memoria hacen que los informantes pierdan objetividad; o de que el autor deja de ser imparcial en los momentos en que toma partido por un bando. A menudo el autor incluso manifiesta sentirse frustrado e incluso hastiado por la terrible imperfección de su trabajo. Esto nos ofrece una visión del oficio periodístico bastante más compleja de lo que estamos acostumbrados a percibir en los grandes medios.
En este sentido, las obras periodísticas de Joe Sacco se pueden poner al lado de lo mejor del cine documental que tanto prestigio ha gozado en los últimos años en los últimos años.

Los Balcanes
Gorazde: zona protegida

Gorazde: Zona protegida (Planeta DeAgostini, 2001) fue la primera de las consideradas “obras mayores” de Sacco que vio la luz en nuestro país. Aquí relata la experiencia del autor en Gorzade, ciudad donde ejerció como periodista a mediados de la década de los noventa, en plena guerra de Yugoslavia. A través de su experiencia personal y de lo que le cuentan sus testigos, va desentrañando los entresijos de la guerra, los intereses, las ilusiones y frustraciones de los que participan en ella, la situación de la ciudad dentro del conjunto de una Yugoslavia en plena descomposición, la visión que sus habitantes tienen del resto del mundo y la que el mundo tiene de ellos…
Se trata de un tomo de volumen considerable (la reedición publicada en 2007 tenía 236 páginas), del que por desgracia no puedo contar mucho más porque hace ya mucho que lo leí y ahora no lo tengo a mano para revisarlo.

El mediador

No es el caso de sus otras obras sobre los Balcanes, que están bastante más frescas en mi memoria. Así, El mediador. Una historia de Sarajevo (Planeta DeAgostini, 2004) emplea unformato más breve que el anterior (apenas 100 páginas) para echar un vistazo a las artimañas y los trapicheos que la población utilizaba para buscarse la vida en los momentos más duros del conflicto. Pero al mismo tiempo repasa el proceso de degradación moral que vivió aquella zona a principios de la década de los noventa, y describe con nombres y apellidos la transformación de personas corrientes –médicos, artistas, todo tipo de gentes de bien– en los violadores, torturadores y agentes del genocidio que el mundo entero contempló por televisión.
A menudo solo se toma entre las obras mayores de Sacco aquellas que tienen un mayor volumen de páginas; sin embargo, creo que la crudeza de algunos de los pasajes que aquí se relatan merecen sitúa esta historia entre las mejores páginas del autor.

El final de la guerra

El final de la guerra: reseñas biográficas sobre Bosnia, 1995-1996 (Planeta DeAgostini, 2006) recurre de nuevo al formato corto, esta vez con apenas 70 páginas que se dividen en dos historias: por un lado, la de un artista que repasa su experiencia durante la guerra y cómo esta ha transformado de manera dramática su personalidad y su creatividad; por otro, una anécdota sobre periodistas moviéndose por la línea de frente en busca de esas noticias calientes que demandan las agencias de prensa occidentales y que no siempre terminan de llegar. Un tomo interesante, aunque no llega al nivel de El Mediador.

Continuará…

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