De la Cantina al subterráneo.

Jon Ulecia y su banda Cantina Bizarro, visitaron el pasado viernes 21 de enero la sala Picos de Liérganes. A pesar de ser un grupo más o menos reciente (están a punto de sacar su segundo disco) parecía raro que no hubieran caído todavía por allí. Su música se ajusta como un guante a ese espacio…
Los navarros subieron al escenario como una hora más tarde de lo que anunciaban los carteles, parece ya costumbre que cuando los conciertos caen en viernes, se estira el horario más de lo normal. Yo trabajaba al día siguiente y supongo que no sería el único, lo daré por bien empleado viendo que en ese tiempo creció el caudal de público hasta completar una entrada interesante, unas setenta y pico personas.

El concierto empezó un poco frío, pero a medida que avanzaba la actuación fue tomando forma, teníamos el aliciente de ver el estreno de parte del futuro disco, pero a su vez, son canciones que no conoces. En una primera escucha puedes hacerte una idea de lo que viene, pero es más difícil emocionarte con algo que no tienes interiorizado. Por otra parte, en la banda no hay el mismo rodaje que con los temas ya viejos… hay más riesgo, imperfección… en mi opinión eso no tiene porqué suponer fallo tal y como entendemos fallo, por lo menos en este tipo de bandas y música. Algo así como «la arruga es bella«… De lo nuevo me gustaron especialmente dos canciones que a buen seguro recordaré cuando por fin tenga el disco en mis manos.

Del Last Night Dream, un primer disco totalmente recomendable y que guardo desde hace un par de años ya en mi particular memoria sonora, pues lo ya sabido, desde el rock & roll sucio y destartalado de Stuck to the dance floor con un sonido que remite ineludiblemente a los Stones o Nikki Sudden o el aire fronterizo de Under the tree, si cierras los ojos se puede imaginar perfectamente los farolillos en la plaza del pueblo, la cantina ya cerrando, los despojos de la noche anterior esparcidos por el suelo, el reguero que queda después de la fiesta. Hay mucho de esto, un punto noctámbulo y oscuro, misterioso y romántico… en Various names vienen a mi cabeza los Waterboys durante unos segundos… El concierto va discurriendo según lo previsto, si bien la voz está algo baja y las voces de la gente algo altas, parece que hay que acostumbrarse a esto pero yo no me acostumbro. Desire and disease o la definitiva Right Now blues son ya picotazos bastante certeros, aquí la elegancia se muta en sordidez, mugre, caldera, blues subterráneo, rock escupido con sangre y vísceras, estas canciones salen del sótano, tienen plomo, es imposible quedarse impasible. Antes del final Jon pasó de la guitarra y nos dedicó unos bailes epilépticos entre aullidos de pasión, nunca le había visto de esta guisa, parecía realmente cómodo, no se percibía presión, cambió la electricidad por latidos y su garganta tuvo que trasformar las embestidas del animal, no en vano, salvó la cabeza por muy poco, el escenario no da para mucho…

Ya sé que sobre esta gente no se ha escrito mucho, o menos de lo que se debería, sospecho que de Navarra hacia abajo no habrá muchos seguidores, en el norte, por cercanía, estamos más atentos a sus andanzas… en cualquier caso es una alegría ver que aquí, también brotan grupos como este, mil veces más interesantes que otros que se dedican a ametrallarnos con riffs y chillidos en todo lo alto. En este caso, lejos de competiciones, la banda se dedica a tejer unas guitarras centelleantes, cristalinas, delicadas, realmente magnéticas, suenan de fondo pero tienen un peso principal. Las texturas musicales tienden a mecerte a su favor, manejando tiempos e intensidades, te llevan a su terreno sin darte cuenta, al modo del flautista de Hamelín… aquí se busca otra cosa, y la gente recibe otra cosa, quizás a eso se refiera Jon cuando cita que a estas alturas ya no tiene sentido hacer creer a nadie que eres punk o rocker… imagino que esté buscando despojarse de etiquetas o clichés que se convierten en una carga demasiado pesada y en esa búsqueda, acabar mostrando el verdadero artista y su verdadera personalidad. Seguro que esa es la transición a la que apunta el nuevo disco.

4 comentarios sobre “De la Cantina al subterráneo.”

  1. Leido , Falta foto de bajista , el mas punk ,con su camiseta de » The Lords of the New Church» por poner una pega , ya sabes .

  2. ya, pero es que la Grestch me encanta y no era plan de llenarlo de fotos, pero si quieres te la mando… je, je.

    Si eso es todo, me doy por satisfecho

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