Damien Jurado en Santoña (24/05/09)

DAMIEN JURADO -Seattle, USA-
Domingo 24 de mayo / Sala Tropicana Club
c/Sor María del Carmen s/n, Santoña – Cantabria
20:30h (puntual!!) – Anticipada 12 – Taquilla 15 (+gastos de distribución)
En Santander: Discos Flash (c/Guevara) – Torrelavega: Pub Velvet (c/Argumosa) – Laredo: Café Ocumare – Santoña: Café Tartufo y STC Rock
En Internet: www.cajacantabria.com

Caught In The Trees reivindica la importancia del cantautor de Seattle, el Raymond Carver del indie, con el subrayado de uno de sus rasgos definitorios: la fascinación por lo desconocido. Porque Jurado, como el histórico cantante de gospel Clyde McPhatter, como el legendario bluesman Robert Johnson, como The Drifters y Dion, también como Low, no es alguien que acepta el mundo tal y como es y se limita a hablar el lenguaje de lo conocido. Él utiliza el lenguaje de lo que no es, no se ve y no se escucha. El de quien ha estado en la otra orilla de la realidad y después ha regresado a esta (en su caso, léanse aquí sus fuertes convicciones religiosas, su fe en las revelaciones, igual que ocurre con Low; en el caso de Robert Johnson, las de alguien que conoció al demonio). En la guitarra y en la voz de Damien se intuyen siempre otras dimensiones y posibilidades diferentes a las elegidas. En cada emoción que expresa, algo que no se manifiesta. En cada nota que toca, otra que no suena. Como si cada canción fuera un intento de escapar del mundo que conocemos y, al mismo tiempo, un
sueño flotante en el que ese mundo ya no es una prisión. La misma onda que emitieron la canción Like A Rolling Stone y el disco Nebraska. Se ha tirado toda su carrera haciendo canciones de desamor y muerte sobre personajes ficticios. Y de repente, el protagonista de los temas es él. Hay una explicación: el fin de la relación con la mujer que durante diecisiete años fue su compañera sentimental (trece de ellos, casados) y con la que tiene un hijo. Ello hace de este álbum un punto y aparte en su trayectoria. Musicalmente, funciona como un río que se ensancha y se estrecha, pero que fluye como una sola pieza, no como una colección de canciones. Un río que no puede evitar las aguas torturadas, eso es un hecho, pero que también permite triunfar al confort ante el terror y a la luz frente la oscuridad. De ahí que el cantautor indie que seguramente mejor ha retratado al Medio Oeste estadounidense se atreva a reivindicarse enCaught In The Trees incluso como mago del pop: la inicial Gillian Was A Horse suena como la versión 2008 de War On War de Wilco pero con mayor porcentaje adhesivo. Uno de los singles del año. Su voz y su acústica, más piano y chelo, forman la bulba del álbum. No es solo lo que hace y dice con ellos, también lo que evoca.