Crónica del Summercase 2007: viernes

Summercase 2007
Teníamos pendiente la crónica del Summercase del pasado julio: ANDN estuvo en la edición de Boadilla del Monte (Madrid) y nos volvimos con una buena colección de fotografías de lo que allí pasó, y con el recuerdo de grandes conciertos, algunas decepciones, y sensaciones diversas respecto al festival en sí. Comenzamos con estas líneas nuestra crónica, centrándonos en su primera jornada. Dejamos para el siguiente capítulo nuestras impresiones de se segundo día, y algunas conclusiones sobre esta edición.

How I Became The Bomb
Fueron el grupo encargado de abrir el festival. Pop de clara raigambre New Wave, un quinteto que no encontrará muchos rivales en la competición por ver quién llevaba la indumentaria más hortera del festival. Estos americanos se sitúan en la onda de Clap your hands and say yeah, aunque con unos registros vocales más cercanos a Ben Gibbard (Death Cab for Cutie, The Postal Service). Sorprendentes , divertidos y agradables, habrá que darles más oportunidades.

The Sunday Drivers

The Sunday Drivers

Fue suyo el placer y el reto de inaugurar uno de los escenarios grandes al aire libre del festival. Con el sol cayendo aún a plomo, no era tarea sencilla, pero la banda salió armada con las canciones de su reciente Tiny Telephone y un sonido brillante. Factura impecable para un concierto difícil.

Miqui Puig
Miqui Puig y el conjunto Eléctrico
El señor Miqui Puig produce división de opiniones. Últimamente, más conocido por su participación como jurado del concurso televisivo musical Factor X que por su faceta artística, hizo que muchas personas que fuimos a verle, tuviésemos dudas de lo que nos íbamos a encontrar. Tan sólo una palabra define su actuación: POP, con mayúsculas. Su repertorio, interpretado con una sólida banda, borró toda sombra de duda y nos hizo recordar el porqué nos gustaba tanto ese gran disco de 2004, “Casualidades”. A destacar la entrega de la que hizo gala el artista, muchos pensarán que fue una pose… yo me lo creí.

Badly Drawn BoyBadly Drawn Boy
Damon Gough y su inevitable gorro de lana bajo el sol de julio en Madrid fueron los encargados de abrir el otro escenario grande del festival. Con poco gancho, pasó sin pena ni gloria mientras el interés se centraba en las actuaciones más modestas pero más intensas de las carpas.

JamesJames
Llegamos a uno de los primeros momentos inolvidables de la primera jornada. James, con su colección de hits, aparecieron en el escenario Terminal O, y lo transformaron en la primera gran cita del festival. La mirada complacida de Tim Booth al público, justo antes de los primeros acordes, presagiaba un buen ambiente. Y así fue. James tienen tras de sí el material suficiente para plantear un concierto de estribillos coreables, sólo interrumpidos por el avance de una nueva composición. Sí, era aún de día, pero a mitad de su concierto, con la luz del atardecer y joyas como Getting away with it aquello se convirtió en algo altamente disfrutable. El festival calentaba motores a marchas forzadas.

Jarvis
Jarvis Cocker
Por primera vez en el festival, la carpa de la Terminal S se quedaba pequeña. Digamos que el concierto de Jarvis Cocker se alejó un tanto de lo que sus fans hubiéramos considerado una actuación ideal. Y es que, como viene haciendo en esta gira, prescindió de todos los temas de Pulp para interpretar un repertorio basado únicamente en su disco en solitario; un trabajo irregular, que hizo que hubiera un cierto bajón a mitad de la actuación. Aún así, se nos brindaron momentos memorables (ese final con todo el público coreando “Cons are still running the world…”, uf), y, sobre todo, pudimos contemplar al antihéroe de Leeds, ese crooner de clase obrera que es el frontman casi perfecto, capaz de llenar él solo el escenario con su voz y sus movimientos, y que a pesar de tener todo en contra, nos hizo salir con una sonrisa de oreja a oreja.

The Jesus & Mary Chain

The Jesus & Mary Chain

Uno de los conciertos más esperados, dejó un sabor un tanto agridulce. Estuvieron sus temas, sus himnos. El sonido era magnífico, nada que objetar. Y sin embargo, la sensación fue la de haber presenciado un concierto frío, en piloto automático, falto de garra. Estuvo bien, pero pudo haber sido mucho mejor.

Air
Pasamos por delante de la carpa donde comenzaba el concierto de OMD, a lo bruto con Enola Gay abriendo el recital, y dudamos entre quedarnos allí, que la cosa prometía, o acercarnos al concierto de Air en escenario grande. La curiosidad hizo que optásemos por lo segundo, al contrario que mucha gente (era de esperar un concierto demasiado tranquilo para esas horas, sobre todo teniendo en cuenta el tono de su reciente trabajo). Y nos llevamos una agradable sorpresa. Lo primero, lo más reseñable: la calidad del sonido. Perfecto. La combinación de la electrónica del dúo con el sonido más orgánico de bajo y batería funcionaba a las mil maravillas. Los temas de su Pocket Symphony pasaron de puntillas en un repertorio basado en clásicos, que fue creciendo y creciendo en intensidad. La recta final, a partir de su mítica Sexy Boy fue un crescendo a cámara lenta que terminó con un final glorioso, con el todo el público dando botes y bailando. Sublime.


!!!

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Parece que en la gira que les está llevando a presentar su “Myth Takes” se han relajado un tanto; ahora, una cantante negra acompaña a las voces a Nic Offer, y le permite que se tome un respiro de vez en cuando. Además, en su música, aparte del subidón atómico, parece que intentan buscar más profundidad y más control de la tensión. Con todo, esta orquesta (en algún momento creo que llegó a haber 14 personas sobre el escenario) siguen siendo unos terroristas del baile guarro, con uno de los directos más explosivos que se pueden ver hoy en día, y que una vez más hicieron enloquecer al público hasta convertir la carpa en una olla a presión (según nos contaron, desde fuera se veía cómo la carpa”temblaba” durante la actuación).

Kaiser Chiefs
Kaiser Chiefs

Salieron a comerse el escenario, corriendo de un lado para otro, brincando, y con la infalible Everyday I love you less and less como tarjeta de presentación. Sin embargo, estos reyes del estribillo fueron perdiendo frescura a medida que transcurría su concierto. Con los dos discos que tienen publicados se esperaba algo más de su repertorio, pero acabaron sonando demasiado previsibles, como si desde el primer tema repitiesen el mismo truco una y otra vez. Los bises rescatando temas de su primer trabajo ayudaron a cerrar de forma digna, pero creo que todo el mundo esperaba más de ellos. Quizás ese sea su problema.

Continuará…

Crónica por Mifune, Robreto y RTZ!. Fotografías por Roberto Ortiz para ANDN. Más imágenes aquí.

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