He estado esta tarde en la Feria del Disco del Hotel Coliseum. He pagado el euro de la entrada, he pasado de la puerta… y me ha decepcionado ver el tamaño del salón. Muy pequeño. Lejos quedan ya los tiempos de aquel enorme salón del Hotel Santemar, con puestos procedentes de todo el país y parte del extranjero, con vinilos, con compactos, con carteles de cine, con camisetas…

Hoy, la Feria consistía en un único puesto, con la mitad dedicada a vinilos, y la otra mitad a discos compactos, y una decena de dvds. Sobre los vinilos no puedo decir mucho, porque ni siquiera tengo plato. Sobre los cds… había un poco de todo; y en general muy, muy desorganizado.

En el rato en el que he estado yo (a partir de las cinco) estaba lleno (lo que dadas sus dimensiones, tampoco quiere decir que fuese mucha), y prácticamente todo el mundo acababa comprando algo. Ha sido una buena oportunidad para buscar rarezas, o para completar la colección de vinilos; pero desde luego, con mucha menos posibilidades y variedad que hace unos años. Internet mató a la estrella de la feria del disco.

Fotografía: RTZ!