Así duele un verano


Takio Destruction Summerfest.

Bueno, no es que para mi haya sido un verano especialmente doloroso, pero algún título molón había que poner. Hace unos días que se nos marchó, ya todos hemos vuelto a nuestros puestos de trabajo o de estudio, así que toca hacer balance de lo que han dado de sí los meses pasados en nuestra región, al menos en los aspectos musicales.
Como suelo decir en estos casos, este no es un repaso exhaustivo de todos y cada uno de los acontecimiento socurrido este verano; sólo trato de dar una visión de conjunto tal y como yo lo he percibido. Así que las omisiones y tal no son en ningún caso intencionadas.

Festivales

En este año de expansión de la burbuja festivalera, en Cantabria nos hemos acogido a nuestro “hecho diferencial”, así que no hemos visto por aquí nada parecido a los grandes macrosaraos que han proliferado en todos los rincones de la península. Sin embargo, sí que se han celebrado eventos que, o bien por su formato o por sus ambiciones también pueden ser incluidos dentro del concepto de festival.
Por un lado, vemos como persiste el declive de los festi-folkis. Algo impensable hace 10 años, cuando la música tradicional –o no tanto- era el estilo hegemónico del verano y cada municipio tenía que celebrar uno si pretendía considerarse 100% cántabro. De los que perviven, sólo unos pocos son capaces todavía de ofrecer un cartel sólido (Colindres, Orejo…). Por otro lado, el joven Festival Cantabria Infinita, en San Vicente de la Barquera, aunque por su modus operandi quizá se aparte algo del circuito tradicional, se va consolidando gracias al fuerte apoyo institucional. Como alternativa en la lucha por la supervivencia, el Festival Magosta de Castañeda ha apostado por ampliar sus horizontes abriendose a elementos de la llamada World Music, y sobre todo de ska y punk.
Si hay un estilo que predomine a día de hoy entre los festivales de la región, ese sería el metal y el punk (mezclados). No llegan a arrasar como sucedió con el folk hace años, pero sí que un gran número de municipios cuentan con el suyo propio. Quizá su cartel no llegue al de otros festivales del género celebrados fuera del período estival (Milwookis o anteriores ediciones del Real Festival, por poner algún ejemplo). Puede que por ambición el que más haya destacado este verano ha sido el Azero’s Rock de Astillero –de los pocos que ha incluido alguna figura internacional en el cartel-, aunque no debemos olvidar otras citas como la del Salcedo Rock o el Rebujas de San Mateo de Buelna, festival que marca el cierre del verano.
A la oferta de festivales de este tipo se ha unido este año el Laredo Brutal Festival, marcado por la fuerte promoción con que ha contado y su apuesta por mimar los aspectos de organización y producción. Tengamos en cuenta que la promotora es la misma que a finales de agosto montó el Santander Play Festival, posiblemente la cita con más altas pretensiones de cuantas se han celebrado este verano en la capital cántabra. Aunque, ciertamente, visto el resultado, sería deseable que en futuribles ediciones el nivel del cartel acompañara al despliegue de medios.
Y por otro lado, bastantes más citas de diferentes estilos repartidas por toda la región, con mayor o menor éxito de público o relevancia mediática: La Concha Reggae Vibes (Villaescusa), Santander Indi Fest (creo que nunca nos acostumbraremos al festival con el nombre más desafortunado de cuantos se me ocurren)…
Y antes de terminar, destacar aquellas iniciativas que han ido surgiendo desde idearios cercanos al háztelo tu mismo: sin ánimo de lucro, sin grandes patrocinadores, con precios verdaderamente populares… en definitiva, buscando más una coherencia entre lo prometido y lo ofrecido, que cubrir unos intereses mercantiles o unas aspiraciones de megalomanía. Este verano han celebrado su quinta edición del Garaberock, festival punk de Luey, y el Takio Destruction, en Suances. Puede que los resultados hayan sido algo irregulares, pero desde luego que siguen contantdo con todo mi apoyo: es en estos eventos en los que podremos encontrar las proupuestas más creativas, honestas y escitantes. Ojalá más se atrevieran a trabajar como ellos.


Estereotypo con Iván Ferreiro. Santander Play Festival

Verbenas y Romerías

Otro de los referentes habituales del verano son los conciertos de las fiestas patronales que se celebran en casi todos los núcleos de población. Aunque, el balance de lo de este año no creo que haya sido especialmente brillante.
Como era de esperar, la mayoría de los ayuntamientos se han volcado en contratar a los artistas del momento: Papitoures, Amarales, Sorayas, Estopas, Melendis… Y cuando se han buscado nombres no tan obvios, la verdad es que no se han caracterizado por el riesgo: en las fiestas de Santander trajeron a los portugueses The Gift, en su tercera visita a la capital en menos de un año, o en las de Sarón que contrataron a Extremoduro, apenas tres meses después de su anterior concierto en nuestra región.
Se podrían destacar entonces actuaciones puntuales, francamente disfrutables, aunque diluidas en la vastedad de tantos programas de festejos. Así que, visto lo visto, creo que me quedo con el baño de bizarrismo al hacer coincidir en una misma jornada a King Africa en el Sardinero y a Georgie Dann en Liencres. Eso, o los conciertos de celebración de los 25 años en la carretera de Los Carabelas, verdaderos maestros del neo-folk montañés.

Ciclos

Personalmente, me gusta más el formato de ciclo de conciertos (entendido como la sucesión de actuaciones a lo largo de varias jornadas) que el del típico macrofestival; sin tantas rigideces en la duración de las actuaciones, los grupos suelen tocar repertorios más cómodos para ellos, y nos ahorramos los empachos de ver 8 horas de conciertos seguidos. Vamos, lo que viene a llamarse un modelo sostenible.
A principios del mes de julio volvió el intimismo del Ciclo de Gulliver al mercado de Puertochico. La propuesta volvió a ser bastante interesante, con las presencia de Tulsa y Lidia Damunt. De todas formas, la reducción de pretensiones respecto a la primera edición (sólo dos fechas, quizás un poco escaso para ser visto como un ciclo), y la ya habitual nula publicidad, hicieron que casi pareciera un concierto secreto.
La UIMP ha cumplido 75 añazos, y lo ha celebrado con una amplia oferta cultural. Fijándonos estrictamente en el terreno musical, quizá nos quedamos con ganas de un gran concierto de postín (actuó El Cigala, pero lo siento, esto no es lo mío, yo soy de los Chichos). Pero a falta de eso, se organizaron al menos dos ciclos dignos de recordar. Por un lado, el que nos trajo la paraninfo a Vetusta Morla, Jet Lag, Love of Lesbian y Triángulo de Amor Bizarro. Los únicos grandes (ejem) de la escena alternativa española del 2008 que hemos visto por aquí en este verano. Por otro, el ciclo de música negra que prácticamente todos las semanas ha acercado a figuras nacionales e internacionales de jazz, soul y funk (Blaxound Family, Afro Soul loasting All Stars, Glen Anthony Henry &Carlo Coupé…) a la sala BNS de Santander.


Triángulo de Amor Bizarro. Paraninfo de la UIMP.

Conciertos regulares

Dado que la mayoría de los eventos de este verano se centran en los festivales y demás eventos que hemos comentado más arriba, la programación regular de conciertos es prácticamente residual en comparación con el resto del año. Aun así, en los últimos meses ha habido alguna que otra actuación más que destacable. Dejando de lado a los grupos locales (no es por haceros un feo, ya lo sabeis, jaja), por ahí tuvimos al legendario Johnny Winter en Santoña, con un inesperado éxito de público; los barceloneses Aina se reunieron en Liérganes y nos cogieron a todos por sorpresa, por lo inesperado e improvisado de la velada y también por el buen estado de forma del grupo, pese a los años de inactividad. Si lo que buscamos es pop en el sentido más clásico, la cosa ha estado más dura… quizá suene mal y parezca que se dice por barrer para casa, pero creo que la velada pop más interesante de este verano fue la que tuvimos en el BNS a cuenta del aniversario del compañero Patrullero, con los conciertos de Kokoshca, The Rebel Orthodontics y Templeton.
Y también pasaron por la a menudo interesante programación de la sala Heaven D.C. el brutocore de Ratos de Porao, el metal extremo de Septic Flesh, o la orquesta punk de Marky Ramone.


Aina. Los Picos (Liérganes)

¿Un verano sin Summer?

Lo más triste de todo es que el hueco dejado por la ausencia del Santander Summer Festival no se ha visto cubierto por ninguna otra alternativa. Ni un festival grande, ni una suma de actividades pequeñas capaces de llamar la atención como hizo aquello. Lo único que nos ha quedado ha sido una infantil trifulca entre el Ayuntamiento de Santander y la promotora Last Tour International, culpándose mutuamente de no implicarse conun festival por el que parece que nunca tuvieron un interés sincero, y con las Juventudes Socialistas metiendo cizaña, aunque sinmostrar interés en ofrecer ninguna solución a esta situación. Leedme, ya habé en su día sobre el tema.

Con lo que he escrito por aquí, creo que cada uno podrá hacer su propio balance, mejor no añado nada más.

texto: Carlos Caneda
fotografías: Patricia Susvilla

6 comentarios sobre “Así duele un verano”

  1. Muy interesante el artículo, creo que olvidas mencionar la cita en el CASYC de Templeton y Band Dessine para captar votos en su carrera por llegar a la final del concurso ese de aspirantes a tocar en el FIB que no me acuerdo de su nombre técnico ahora mismo (desde aqui no pedisteis el voto para ninguno, y eso que Band Dessine son de Santander), sin duda fue de lo mejorcito del año y eso que estamos hablando de bandas «amateur», aunque a Templeton les veo el año que viene, es más, en cuanto saquen el disco (15 de octubre), como una más que posible revelación de la temporada. El tiempo lo dirá.
    Saludos.

  2. Ay! joder! lo siento que hablabais del veranito, jaja, me ha encantado, en serio, pero es que cuando se acaba el verano es para mi como el final de la Liga, es decir se acaba la temporada ya que todos los grupos han puesto todo en juego encima de los escenarios y es hora de irse a preparar la siguiente. Al principio sólo quería felicitaros por el artículo y me he ido metiendo, metiendo y he mencionado una cosa (de esta temporada) que ocurrió a principios de año. Me pudo la pasión. Lo siento de nuevo.

  3. Por cierto Calambres, yo si que anime a votar por las dos bandas, aunqeu lo hice desde el foro, ya que todos los años hago un pequeño repaso de los grupos que se presentan.
    Yo ya dige que era una decision dificil votar por uno de los dos, auqneu en mi caso em decante por Tampleton 🙂

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